Esta es una historia que pocas veces (o ninguna) has escuchado de la Casa Real española. Nos remontamos a una muerte, la del multimillonario empresario Juan Ignacio Balada Llabrés. Hijo de Ramón Balada, fue propietario del primer cine en la ciudad de Ciutadella (Menorca) y también de la primera farmacéutica en la isla. De joven se marchó a estudiar a Barcelona, pero tras no sacarse ninguna carrera, optó por ganarse la vida como pianista. Al cabo de unos años, regresó a Menorca y se encargó de una farmacia. Fue entonces cuando a Balada Llabrés le llegó el espíritu emprendedor, terminando el final de sus días con la friolera de nueve propiedades inmobiliarias. Su testamento causó estupor.

Juan Ignacio Llabrés

Y es que el empresario menorquín repartió su herencia de unos 10 millones de euros al 50% entre una partida que iba dedicada a la constitución de una fundación que abordara asuntos de interés general... y, la otra mitad, fue destinada a la Familia Real. Felipe VI, Letizia y los ocho nietos de los reyes eméritos (Leonor, Sofía, Juan Valentín, Miguel, Pablo, Irene, Victoria Federica y Froilán) heredaron, sin saber cómo, un pastizal de parte de Balada Llabrés. Les cayó el dinero del cielo, literal, porque no contaban con él. Es más, Don Felipe nunca había ni hablado con Juan Ignacio. Fliparon en colores y, tras unos días de duda, el rey de España optó por tirar adelante la Fundación Hesperia, un ente que se ha consolidado como un revulsivo para la investigación en el ámbito de las enfermedades raras y la inserción en el mercado de trabajo de jóvenes discapacitados en Menorca. Felipe y Letizia son los presidentes de honor de esta maravillosa fundación.

Felipe y Letizia, embajada del Reino Unido / GTRES

El palacete de Irene Urdagarin

En el testamento, Balada Llabrés también incluyó, de regalo, una residencia, la suya, en la plaza Juan de Borbón de Ciutadella. Allí es donde vivió gran parte de sus días y, por ese motivo y como signo de devoción a la monarquía española, se la quiso entregar a los ocho nietos de Juan Carlos I y Sofía. Ahora mismo está deshabitada y aún no se ha dirimido qué se hará con ella, al menos hasta que los ocho nietos cumplan la mayoría de edad. De momento, cinco de ellos ya tienen +18 y ya pueden entrar en las discotecas. Las últimas en cumplir la mayoría de edad serán Leonor y Sofía, por este orden. Antes, por eso, será el turno de la más bella de todas: la despampanante Irene Urdangarin. El 5 de junio de este año cumplirá los 18 y de regalo le caerá una herencia de un palacete en Ciutadella. ¿Nada mal, no?

Palacete Ciutadella (Menorca) EFE
Irene y Juan Urdangarin en Barcelona / EP

La visita de los Reyes a Menorca: el verdadero motivo

Sus Majestades Felipe y Letizia tienen previsto en el calendario más cercano una visita a Menorca, un destino al que han acudido en multitud de ocasiones para veranear, pero muy pocas en pleno mes de enero. Allí, los monarcas tienen varios actos programados, como la visita al antiguo hospital militar y a los restos de la basílica paleocristiana en la isla del Rei, un pequeño islote de 40.000 metros cuadrados situado delante de Maó. Sin embargo, el motivo real (y principal) de su visita radica en la inauguración de la Farmacia Llabrés, un lugar que ha sido rehabilitado como espacio para las actividades de la Fundación Hesperia.

Letizia y Felipe / EFE