En la prensa española ya estamos todos. Han pasado 12 días desde que Jaime del Burgo confesó que la reina y él habían sido amantes durante dos años, en el 2010 y en el 2011, cuando Letizia ya estaba casada con Felipe. Han sido doce larguísimos días donde cada una de las redacciones de los medios de comunicación en España ha decidido censurar toda la información. En Catalunya entre los medios escritos solo EN Blau ha hecho un seguimiento punto por punto del asunto, y Lecturas ha decidido publicar la noticia a toda portada rebajándolo, sin citar la infidelidad: "La conjura contra Letizia: los mensajes de su excuñado se convierten en un escándalo internacional". Eso es a lo máximo que podía llegar una revista. En el interior, Pilar Eyre puede hablar de la confesión de Del Burgo que nadie ha desmentido: la relación extramatrimonial de Letizia, engañando al rey, entonces príncipe. No existe debate sobre si esta relación de adulterio sucedió o no. Del Burgo no se lo inventa, pasó y Zarzuela no mueve ni un dedo porque es agua pasada, los reyes se reconciliaron y no hay más. Quien lo está haciendo grande es la prensa callando. Un silencio que es más atronador cuando la biblia de la prensa rosa europea, París Match, escoge en portada este titular: "Letizia y Felipe de España: Perfume de escándalo. Un libro acusa a la reina de adulterio". Va mucho más lejos que Lecturas y se acerca a EN Blau poniendo en el titular la palabra clave: adulterio.
La revista royal ha tardado doce días en decidirse a hacer la portada pero han entendido que esconder esta información es absurdo en pleno 2023, cuando todo el mundo está enterado del tema. La estrategia española del avestruz no está funcionando y los lectores buscan dónde pueden encontrar datos nuevos sobre la aventura de Letizia fuera del matrimonio. Por qué recurrió a un exnovio para tapar las carencias de su relación con Felipe o cóo llegó a plantearse el divorcio, marcharse a vivir a los EE.UU. y tener un tercer hijo con Del Burgo pero por maternidad subrogada. La revista francesa es noticia por el mero hecho de hacerse eco, no por lo que explica. Todo es conocido porque toma la información del libro de Peñafiel y de los tuits de Del Burgo, pero añade una doble fotografía para ilustrar el escándalo. La de portada, con los reyes sin mirarse a los ojos a pesar de estar girados, y al artículo en páginas interiores. Una foto demoledora de la mesa con Del Burgo, Telma, Letizia, Felipe y Leonor comiendo en un pueblo italiano cerca de Roma, donde celebraron la reboda después de la ceremonia en Navarra, Del Burgo y Telma Ortiz:
Es la parte más sórdida de la historia, más incluso que la reina encamándose con un exnovio poniéndole los cuernos al marido y futuro rey. Que Del Burgo siguiera dentro de la familia como cuñado de su amante. Letizia pudo tener el estómago de comer sentada entre su examante y su marido, en la misma mesa, disimulando que ella y Jaime del Burgo habían sido amantes hasta el año anterior a esa fotografía. Felipe estaba enterado de todo el asunto desde el principio, informado por los servicios secretos y los escoltas de Letizia, y tampoco tenía problemas en comer al lado de Del Burgo. Y todo con una niña de 6 años en mesa, Leonor la futura reina. Ahora que Leonor sabe la verdad, quizás sí se le revuelve el estómago de aquella comida italiana. A ella, seguro.
Todavía ahora se levantan voces sobre si el brevísimo matrimonio de Telma y Del Burgo demuestra que fue una conjura, un falso matrimonio a fin de que Del Burgo se mantuviera cerca de Letizia sin levantar sospechas. Y se duda sobre si Telma era cómplice o víctima. El morbo de la historia hace que el interés no decaiga y no decaerá nunca. Todas las preguntas esperan respuesta y el paso del tiempo no rebajará el interés. Quién mató Kennedy o qué pasó entre Letizia y Del Burgo. Se sabrá todo.