Cada día que pasa la imagen de la monarquía empeora en Catalunya. Sus partidarios caen en picado, los partidos republicanos suman una amplia mayoría en el Parlament y el rey de España no puede venir si no es rodeado de cientos de policías que lo blinden de los manifestantes. Felipe no es bienvenido y lo sabe.
En Girona han sido especialmente críticos con el rey. Después de su discurso televisado, dos días después de las palizas de la policía española a los votantes catalanes en el 1-O, las instituciones gerundenses se rebelaron. Felipe VI es persona non grata en la ciudad. Sin olvidar un detalle importante: su hija Leonor tiene el título de princesa de Girona.
Esta semana hemos sabido que Felipe se ha reunido en Madrid con directivos del IBEX para tratar de aclarar donde se celebrará la próxima gala de entrega de los premios de la fundación. Girona se niega a acogerlos.
Según explica el diario El Mundo, algunos empresarios de las grandes marcas españolas le pidieron a Felipe que se olvidara de Catalunya y se llevara los Premios Princesa de Girona, ante las reticencias del ayuntamiento de la ciudad. "Es impresentable no hacerlo allí", decían algunos de estos directivos. Felipe había planeado llevar los premios a Barcelona, tal y como os explicamos hace unos días en EN Blau, pero esta opción no acabó de gustar a algunos de estos directivos que le imploraron que la ceremonia se hiciera en Madrid.
Pero Felipe no se arruga fácilmente y le gusta demostrar quién manda. ¿Los independentistas no quieren que los premios se hagan en Girona? Da lo mismo. Él quiere hacerlos en Catalunya, le pese a quien le pese. Y por mucho que los empresarios le pidieran llevar los premios a Madrid, el rey de España lo tiene claro: los premios, en Barcelona.