Felipe VI tiene mala cara desde hace semanas y todo el mundo sabe el porqué: por problemas de pareja. Resulta que la que forma con Letizia no era con exclusividad; había una tercera persona, como mínimo, y bien conocida. Jaime del Burgo. El navarro va soltando bombas y más bombas. Todo tiembla. El matrimonio, en primer término. Cosa que vendría a confirmar el pleno de fracasos sentimentales de los hermanos Borbón: Elena, Cristina y ahora Felipe. Eso por no hablar, evidentemente, de sus padres Juan Carlos y Sofía, los maestros en la materia. Pero siempre hay un consuelo, y es sacar la cabecita y ver qué pasa fuera de casa, también de tu reino. Las monarquías europeas están en plena ebullición, y todo por cuestiones amorosas.
Dinamarca es el otro gran espejo, con todo el culebrón de Federico X, Genoveva Casanova y Mary Donaldson. En Copenhague también están abonados a las intrigas de folletín. No solo el monarca acusado de infiel, también una prima, que también lo es del rey de España. Teodora de Grecia, de 40 años, la cuarta hija de Constantino II y Ana María de Dinamarca. Es princesa danesa y, también, sobrina de la reina Sofía de Grecia y España. Endogamias royals. Ella ha roto, como otros miembros de las realezas, con la antigua costumbre de buscar pareja de sangre azul. Él es un abogado californiano, Mathhew Kumar, de ascendencia india y unos tempos vitales muy lentos. Exasperantes. Para casarse se lo está tomando con una calma insólita: hizo la petición de mano en el año 2018. Y todavía no han encontrado el momento.
La pareja se conoció en Los Ángeles, ciudad a la que la royal se trasladó por su sueño de ser actriz de Hollywood. Triunfar en el mundo del audiovisual quizás no, pero ha encontrado una película muy potente como historia vital. Mathhew es un perla. Lo pillaron utilizando dinero ajeno de fondos de clientes para gastos personales. Está condenado, pasará los próximos 12 meses en libertad condicional y le han retirado la licencia para ejercer la abogacía. Para volver a trabajar tendrá que pasar un examen. Un panorama que hace que se entiendan algunas cosas sobre la ausencia de novedades con la maldita boda.
La pareja acumula batacazos: en 2019 no había fechas disponibles. En 2020, la pandemia. El 21 lo pasaron en blanco, el 22 no cuadraba, y el 23 murió Constantino II. Aunque tenían todo medio organizado, no era plan de hacerlo. Ahora, ya en el 24, tampoco. Sofía, Felipe, Elena y Cristina se quedan sin invitación, hasta nueva orden. Y mira, casi que mejor. Que ni España ni Dinamarca están para mucho bodorrio. Solo atraen fantasmas.