Casa Real tiene un problema con Instagram. La española es la única Corona europea que no tiene cuenta oficial en esta red, una decisión absurda teniendo en cuenta que la esencia de la monarquía, su razón de ser, es la imagen. Los Windsor y las monarquías nórdicas lucen Instagrams espléndidos con fotos muy cuidadas de los monarcas y sus hijos. Zarzuela, en cambio, solo tiene un gris twitter. El odio a Instagram en Palacio tiene una única explicación: que los primos más holgazanes de Leonor se hacen Instagramers para vivir del apellido. Su único mérito es pertenecer a una lista muy corta, la de los sucesores a la Corona. Si muere Leonor reinará su hermana Sofía y si no puede ser, empieza la lista de seis primos con derechos sucesorios, del mayor, Froilán, a la más joven, Irene Urdangarin. Lo más triste es que las dos únicas primas con derecho sucesorio, Victoria Federica e Irene, son mujeres adultas que han colgado los estudios y están decididas a vivir de ser instagramers, influencers, zánganas.
La Marichalar y la Urdangarin tienen 23 y 18 años y los temores de la infanta Cristina se han cumplido. Ya hace tiempo que cuando preguntaban a la hija pequeña de los Urdangarin qué quería ser de mayor, la chica contestaba que influencer. Irene este verano anunció que eso de estudiar en la Universidad es de plebeyos. Paró el disgusto de sus padres diciendo que estudiaría Hostelería, pocos libros y mucho oficio. No es como estudiar Medicina pero es una vocación. Al final fue falso, una huida adelante. A la hora de la verdad, Irene ha decidido que ella a la Universidad no va y a los 18 años quiere viajar a lugares exóticos, de Camboya a India, y sacarse el carnet de conducir en Móstoles, que es más fácil. Instalada en Madrid sin más control que el de la abuela Sofía de 85 años, acaba de ser fotografiada con su prima mayor. En su caso Victoria Federica es una influencer de verdad: una mala influencia. Victoria ha convencido a Irene que puede vivir muy bien de hacer photocalls, alfombras rojas y holgazanear. Queda claro que las primas de Leonor no son reinas del glamur. Cuando no cobran para engalanarse, van vestidas con muy poca gracia:
Más que posibles reinas parecen adolescentes haciendo novillos vestidas con bambas, tejanos de rapero y sudaderas de pasar la tarde en un centro comercial fumando. La revista Hola lo pinta como el colmo de la elegancia "Irene Urdangarin y Victoria de Marichalar caminan por las calles de Madrid, donde fueron a un restaurante. Las dos primas iban con vaqueros y zapatillas de deporte. La hija de la infanta Cristina los combinó con camisa, ‘blazer’ y una pashmina gris, mientras que la hija de la infanta Elena llevó una sudadera ‘oversize’. Victoria ejerció de anfitriona en la capital, acompañó a Irene a la autoescuela donde se está sacando el carné de conducir y, después, almorzaron juntas".
Entre los temas que las unen hay uno esencial: Leonor. Si Irene copia en todo a la Marichalar empezará a humillar a la princesa en público como lo hizo Victoria el día de la jura de la Constitución. La lista de aliados de Leonor entre sus seis primos se acorta: solo le queda Miguel Urdangarin, el rarito.