La princesa Kalina de Bulgaria hace días que llama a la puerta de la crónica royal. Todo a raíz de unas impactantes imágenes sobre su estado físico, o mejor dicho, su forma física. Un adjetivo: espeluznante. La única hija del zar Simeón II y Margarita Gómez-Acebo, de 52 años, se ha pasado veinte pueblos en el gimnasio. No es que esté fuerte, esculpida y fibrada. Es que se parece a las figuritas de personajes de acción. Entre los músculos y otros detalles de su anatomía, la sensación es de alucinación total. Una entrevista en 'LOC', explicando cómo había llegado a este punto abría el melón: "Me dedico al entrenamiento con cargas de pesas y a la salud del cuerpo, soy deportista". Quizás se ha quedado corta con la definición, la verdad.

Kalina nunca ha sido una mujer que haya pasado desapercibida. Hace décadas que es famosa por sus looks imposibles, por cortes de pelo radicales e, imposible no mencionarlo, por una nariz no nariz que supera con creces a la de Michael Jackson. Su marido desde 2002, el aventurero español Kitín Muñoz explicaba hace años que es el resultado de una malformación infantil, de una operación que salió mal y de una infección posterior que requirió limar la protuberancia hasta límites insospechados. El digital 'Vanitatis', que acaba de entrevistar a sus preparadores físicos españoles (vive en Bulgaria después de 15 años en Marruecos, pero pasa a menudo por Madrid), ofrece una instantánea chocante, junto a su guacamayo Iarone, que escapó provocándole un disgusto doble: por la pérdida (temporal) y por protagonizar un incidente con su coche que acabó de mala manera.

Kalina / X

Según los entrenadores, la aristócrata "solo" hace rutinas de resistencia muscular. "Básicamente, lo que hace es entrenar todos los días. Está 'megacachas'. Eso te puede gustar o no, pero al final el aspecto lo conseguimos con lo que entrenamos. Aunque ella no está obsesionada con estar más o menos fuerte. Lo hace para estar en forma". Vaya, si no es una obsesión, está muy cerca. "Tiene un me estilo de vida sano, parece más una monja que una culturista". Y destacan el catalizador de su clic hacia la musculación más extrema: Kitín. "Aunque sea aventurero y viaje muchísimo, es un tío megadisciplinado. Y la ha arrastrado a ella sin querer, ya que el ejercicio forma parte de su día en día. A ella empezó a gustarle, se ha ido encontrando bien y la ha ayudado mucho desde el punto de vista psíquico, no solo del aspecto". Curiosa circunstancia esta, cuando te das cuenta de que Muñoz fue, hace mucho tiempo, amante fugaz de Letizia. Otra señora royal con tendencia a la hipermusculación. La búlgara, sin embargo, le gana por goleada.

Kalina de Bulgaria / X
Los brazos de Letizia / GTRES

El rollete con Kitín duró solo dos meses, porque como explicó Pilar Eyre, él "era un soltero de oro dedicado a emprender travesías románticas e imposibles". Después se encontraría por el camino con alina, y tardaba un plis-plas en pasar por el altar. Pero una cosa importante, que nos conocemos: la comparación con la esposa de Felipe VI no es nuestra: la hacen revistas del corazón españolas y muchos medios internacionales que se han quedado de piedra con la evolución de Kalina. No hemos encontrado ninguna imagen de las dos protagonistas para compararlas: lástima que durante la fiesta de la mayoría de edad de la princesa Leonor no hubiera cámaras. Allí, en Zarzuela, se produjo un encuentro muy morboso. Puede que incluso echaran un pulso. Nunca lo sabremos. Lástima.

Kalina llegando a Zarzuela / Europa Press