Una de las consignas más repetidas al referirse a la princesa Leonor es que "es como el resto, no tiene privilegios". No hay que decir que el lema es más falso que un billete de 4 euros. No pasa nada, queridos monárquicos, cortesanos y masa acrítica en general. Hasta los republicanos más convencidos lo entendemos. Lo que sería incomprensible, ciertamente, es que no tuviera ninguno. Molesta más la insistencia en la mentira que su condición de royal. Porque, como recuerda el dicho castellano, "la mentira tiene las patas muy cortas". Y la desmontas así, en un pim-pam.

Leonor es una VIP en la academia militar, lo fue en el internado de Gales y, por descontado, también lo era durante su época en el colegio Santa María de los Rosales. En este escenario, sus prebendas llegaban al punto de alterar la vida del resto de compañeros y compañeras del centro educativo. Una historia muy conocida: la de la dieta estricta y a menudo humillante impuesta por la madre Letizia, obsesionada con la alimentación supuestamente saludable. La manía hizo que la escuela modificara los menús de todos los alumnos, no solo los de sus niñas. Así, claro, normal que digan "es como el resto". A la fuerza, claro.

Leonor en el colegio / GTRES

Este pasaje, el del comedor escolar, ha sido ratificado por la madre de una exalumna del Santa María de los Rosales. Una bien famosa: Terelu Campos. La colaboradora llevaba a su hija, Alejandro Rubio, al mencionado centro. La criatura se quedó de una pieza cuando pasaron de "comer muy bien" a encontrarse un drama gastronómico en el plato cada mediodía. Como Terelu es pelota por naturaleza, lo explicaba hace unas horas en el programa de Jordi González en TVE haciendo genuflexiones, cabriolas y croquetas reverenciales; pero seguro que a la nueva pareja del polémico Carlo Constanzia no le hizo nada de gracia. Una niña 6 años más pequeña que ella le amargaba la vida. Fenomenal. Mejor dicho, le volvía a amargar la existencia. Porque tuvieron un primer contacto en el que Alejandra quedó en pánico. Leonor, y después Sofía, eran el terror del patio.

Terelu Campos y Alejandra Rubio / GTRES

Terelu haciendo equilibrismos: "Coincidían a la hora del recreo y Leonor era muy cariñosa". Tan "cariñosa" que le gustaba repartir besos. "Alejandra era muy vergonzosa y me contó que en un momento Leonor fue a darle un beso y se quitó porque se asustó por los guardaespaldas". La Campos, horrorizada: "Le dije 'no me creo que hayas dejado a una niña pequeña sin darle un beso'". Pero no era eso lo que lo preocupaba, sino las posibles consecuencias negativas. Quizás sufría por si perdía algún trabajito por orden de Zarzuela. En todo caso, la niña y princesa no era como el resto: ella iba con guardaespaldas a la hora del recreo. Todo supernormal, claro que sí.