El amor y el compromiso son temas que siempre han captado la atención del público, especialmente cuando se trata de figuras tan emblemáticas como Charlene de Mónaco. A pocos minutos de su boda con el príncipe Alberto, la entonces prometida compartió palabras que resonaron profundamente, revelando la vulnerabilidad que sentía en esos momentos previos al enlace. Siempre han existido aspectos misteriosos y disonantes en lo que se refiere al matrimonio de Charlene de Mónaco y el príncipe Alberto. El hecho de mantener ocultas las informaciones que rodean su relación y lo que ha podido captar la prensa, constituye un caso donde la gran mayoría parece estar de acuerdo. Se ha dicho en todo momento que la exnadadora es infeliz. Hay grandes relatos que la sitúan como una protagonista desdichada, con un matrimonio arreglado e intentos de huida frustrados. 

A todos estos acontecimientos que nombran los periódicos se une un hecho más, un breve momento durante la celebración de su enlace que vuelve a generar preguntas. Y es que una persona muy cercana contó cómo expresó su pesar en los días que duró esta celebración en 2011. Pese a los preparativos y lo que suponía su ascenso al principado monegasco, sobre Charlene se extendía una larga sombra de duda. Te contamos. 

Las fuertes palabras de Charlene de Mónaco a pocos minutos de convertirse en princesa

Es Julian Lennon, el hijo de John Lennon, integrante de The Beatles, quien contó cómo vivió la princesa de Mónaco los instantes antes de contraer nupcias. Lo que prácticamente no se ha comentado en todos estos años es la amistad de Julian y Charlene, razón por la cual le confió la tarea de capturar las instantáneas de este día tan ‘señalado’. Así pues, el fotógrafo emitió su libro Life's Fragile Moments, una edición especial para conmemorar sus dos décadas de carrera con los momentos inmortalizados que tienen mayor valor para él. No solo tiene a la aristócrata en la portada, sino que muestra varias y compartió los detalles. 

En el bullicio de los preparativos nupciales, la sudafricana encontró un instante de reflexión. Rodeada de familiares y amigos, la futura princesa expresó sus sentimientos. Sus palabras, cargadas de sinceridad, reflejaron la incertidumbre que a menudo acompaña a los grandes cambios en la vida. A punto de realizar la sesión de fotos, se vio alterada y quedó inmóvil. “Jules, no sé si puedo hacer esto”, dijo. 

Uno de los datos más sonados de la ceremonia fueron las lágrimas que soltó en pleno casamiento la cuñada de Carolina de Mónaco. Fue tal el desborde sentimental y sus expresiones faciales cargadas de disgusto, que le valieron el mote incesante de “princesa triste”. No se veía en su lenguaje corporal asomo de felicidad, sus posturas eran mecánicas y al final tuvo que hacer declaraciones y culpar de todo a sus ‘nervios’. A medida que un hecho tan importante en la vida de cada persona se acerca, los que contraen nupcias se muestran más decididos y llenos de amor. Charlene de Mónaco no pudo evitar pensar en la transformación radical de vida que estaba asumiendo. ¿O su temor era otro?