La obsesión de los reyes españoles por proteger al máximo a sus hijas, obsesión casi enfermiza, hace que a menudo, en lugar de parecer que tienen dos hijas, la heredera al trono y su hermana pequeña, la infanta, parezca que tiene dos piezas de museo, protegidas permanentemente por una burbuja. Es lamentable que nunca veamos a Leonor y Sofía en actitud natural, excepto cuando tienen una visita oficial bajo la estricta vigilancia de sus padres. Es penoso que no haya trascendido ni una sola imagen de la princesa durante su estancia en el internado de Gales donde está haciendo el bachillerato, exceptuando esta del día que llegó.
No la hemos visto ni en las fiestas temáticas, ni en las fotos proporcionadas por el UWC Atlantic College, ni en ninguna red social de ninguna royal europea con la cual ha compartido centro. Nada de nada. Como si fuera un fantasma. Evidentemente, también es imposible que en Zarzuela le permitan lo que sí tienen otras princesas europeas, tener redes sociales donde colgar fotos. Por si las moscas. Y no cuesta nada vaticinar que su hermana pequeña correrá la misma suerte, y que cuando el próximo año ingrese en el internado galés, pasará como con su hermana mayor: nos tendremos que creer que está estudiando allí porque no veremos ni una sola imagen de ella en dos años, ni, por descontado, imágenes como estas:
Este hermetismo característico de los Borbones hace que la princesa y la infanta no cuenten precisamente con la simpatía de sus iguales. De entre todos los royals y las royals europeos/eas, no consta que hayan intimado con ninguno de ellos, o que formen parte de alguna chupipandi de sangre azul. Todo lo contrario. Normalmente, las niñas Borbón están rodeadas de palmeros de mucha más edad, que lo único que quieren es hacerles la rosca para ganar puntos de cara a sus padres, los monarcas. Por eso, no nos extraña que nunca hablen de ellas otras princesas más extrovertidas, más espontáneas, y más naturales, en definitiva. Como Amalia de Holanda.
La hija de Guillermo y Máxima Zorreguieta ha estado por el Caribe al lado de sus padres, y se ha hablado mucho de ella estos días. Por ejemplo, se ha recordado que mantiene una grandísima amistad con dos royals europeas más. Dos jóvenes de su misma franja de edad donde, oh sorpresa!, no está la heredera española. Sus grandes amigas dentro de los palacios de Europa son Elisabeth de Bélgica e Íngrid de Noruega. Tanto, que incluso tienen un grupo de WhatsApp: "Lo que me gusta más es que estoy en la misma posición que ellas, nos entendemos y no tenemos que explicar nada. Es muy agradable hablar entre nosotros sobre ciertas cosas básicas de la vida que son ligeramente diferentes para nosotras: '¿Cómo haces esto o cómo haces aquello otro'?". ¿Se imaginan a Leonor formando parte de este chat? Seguro que a ella le gustaría, seguro que también querría compartir dudas y sensaciones con jóvenes que viven la misma situación que ella. Pero la hija Borbón no está invitada a la fiesta, cosa que tendría que hacerle preguntarse por qué. Leonor, ni está ni se la espera. Un gesto que demuestra cómo las jóvenes europeas viven ajenas a la realidad.
Por el cumpleaños de Amalia, incluso, se vieron. Ni rastro de Leonor, una de las grandes ausentes en la celebración de la heredera holandesa. Públicamente no la han visto nunca ni con Amalia, ni con Elisabeth ni con Íngrid. Como mucho, con quien tiene más contacto es con la hermana pequeña de Amalia, Alexia, que va al mismo centro que ella. Pero tampoco consta que la holandesa la tenga en ningún chat de compis de instituto... Queda claro que quizás ahora todos vamos con móviles, pero con respecto a la monarquía española y su antigüedad, hermetismo y olor a cerrado, todavía parece que funcionen con señales de humo. Y evidentemente, nada de compartir chat con homólogas europeas.