Cuando pensábamos que el legado de Lady Di en la Casa Real británica se manifestaba únicamente en la sensibilidad del príncipe Guillermo, así como en la rebeldía de su hijo Harry, una antigua fotografía rescatada de los archivos de Althorp House ha sacudido las redes sociales. Esta imagen ha reavivado uno de los personajes más enigmáticos de la aristocracia británica: John Spencer, VIII conde Spencer y padre de la princesa Diana. Lo que parecía ser una simple fotografía en blanco y negro ha desatado una ola de comentarios al revelar lo inesperado: el príncipe George es un reflejo viviente de su abuelo materno.

El hallazgo fue compartido por Charles Spencer, hermano de Lady Di y actual custodio del legado de los Spencer. Con una mezcla de nostalgia y orgullo, publicó en sus redes una fotografía tomada en los años 30, donde aparece su padre —entonces un joven aristócrata— junto a la reina María y otros miembros de la alta nobleza. Lo que nadie esperaba era que, entre la elegante escena, emergiera una figura cuya fisonomía remite de inmediato al joven heredero al trono: ojos claros, facciones nobles, el mismo corte de pelo, y ese porte tan característico del linaje real.

"George es un Spencer": la avalancha de comentarios que estremece a los Windsor

"El príncipe George es todo un Spencer"; “El príncipe George es la viva imagen de su bisabuelo” y “Los Spencer mejoraron el linaje de los Windsor”, comentaron algunos internautas, dejando claro que la similitud entre George y John Spencer va más allá de la casualidad. La imagen se convirtió en un fenómeno viral y ha revivido las comparaciones entre las ramas Windsor y Spencer, revelando un linaje aristocrático que muchos olvidan: el futuro rey no solo hereda la corona, también lleva en sus rasgos la estirpe de una de las familias más influyentes del Reino Unido.

John Spencer no fue solo el padre de la mujer más amada de la realeza moderna; fue también un personaje clave en la configuración de la identidad pública y privada de Diana. Participó en la Segunda Guerra Mundial, se codeó con la élite británica y, hasta su muerte en 1992, fue un símbolo silencioso del poder tradicional. Ahora, más de tres décadas después de su fallecimiento, su rostro parece haber reencarnado en su bisnieto.

De Althorp a Buckingham: la línea invisible que une a George con Lady Di

La imagen de John Spencer con su perro en los jardines de Althorp ha servido como recordatorio de una época perdida, pero también como ventana a una conexión intergeneracional que los Windsor no pueden ignorar. A pesar de que el apellido Spencer ha quedado relegado al segundo plano en los títulos nobiliarios, su herencia sigue viva en cada paso del príncipe George. Un niño que, sin saberlo, parece caminar acompañado por los fantasmas del pasado de su abuela y su bisabuelo.

El príncipe George cumplirá 12 años en julio, y su rol como segundo en la línea de sucesión lo convierte en una figura cada vez más observada por los medios. Pero mientras todos miran hacia su futuro como rey, pocos se detienen a pensar en la herencia oculta que corre por sus venas. En ese rostro angelical, los seguidores de la monarquía han encontrado algo más que una curiosa coincidencia: un recordatorio de que, incluso en la realeza, el pasado nunca muere del todo.