Lo que parecía ser un descanso merecido para los príncipes de Gales se ha convertido en un nuevo campo de batalla entre la realeza británica y la prensa internacional. Esta vez, la chispa que encendió la mecha proviene del corazón de los Alpes franceses, donde el príncipe Guillermo, su esposa Kate Middleton y sus tres hijos fueron captados por las cámaras durante su retiro primaveral en Courchevel.
Las imágenes, publicadas sin autorización por el influyente semanario Paris Match, muestran a los miembros de la Casa Real británica esquiando, almorzando en un restaurante local y disfrutando de la nieve como cualquier otra familia. Sin embargo, el contexto no era tan banal: Kate Middleton, en plena recuperación de su tratamiento contra el cáncer, había optado por alejarse de los focos mediáticos para proteger su bienestar y el de sus hijos. Y ahí radica el conflicto. Según fuentes cercanas citadas por The Telegraph, el príncipe Guillermo estaría considerando seriamente demandar al medio francés por invasión de la intimidad.
Guillermo repite estrategia legal: la sombra del juicio de 2012 vuelve a proyectarse
No sería la primera vez que el futuro rey del Reino Unido decide llevar a los tribunales a la prensa por vulnerar su privacidad. En 2012, Kate Middleton fue fotografiada tomando el sol durante unas vacaciones en la región francesa de Luberon. Aquella publicación, que causó un escándalo internacional, acabó con una condena judicial a la revista Closer y una indemnización significativa a los príncipes de Gales. Hoy, 13 años después, la historia parece estar a punto de repetirse.
El paralelismo con el caso de su hermano, el príncipe Harry, resulta inevitable. Mientras uno demanda por fotos no autorizadas en los Alpes, el otro ha ganado recientemente una batalla judicial contra The Sun por prácticas ilegales de recopilación de datos. Aunque sus caminos personales están distanciados, en el terreno legal los hermanos Windsor parecen compartir una postura común: la privacidad de sus familias no se negocia.
¿Una familia común o víctimas del acoso mediático?
La publicación del Paris Match insistió en que los príncipes se comportaron como una “familia normal” durante su estancia. Testimonios recogidos por el medio describen a Guillermo y Kate como una pareja “extremadamente discreta”, sin ostentación ni excesiva seguridad. “Se les veía felices y su francés era perfectamente bueno”, declaró un camarero del restaurante donde comieron. Sin embargo, lejos de calmar los ánimos, estos detalles habrían intensificado el enojo del heredero al trono, quien considera que no hay justificación para vulnerar la intimidad de su familia.
Por ahora, el Palacio de Kensington no ha emitido un comunicado oficial. Pero el mero hecho de que la prensa británica hable de “acciones legales en curso” es un indicio claro de que el asunto no quedará en una simple molestia. Los abogados del príncipe Guillermo estarían evaluando la viabilidad de una demanda por violación del artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que protege el derecho a la vida privada y familiar.
Este nuevo episodio no solo reaviva el debate sobre los límites del periodismo, sino que también muestra un cambio de actitud del heredero al trono: más firme, más protector y menos dispuesto a tolerar excesos mediáticos. Si la demanda se concreta, marcará un precedente más en la larga y turbulenta historia de enfrentamientos entre la monarquía británica y los tabloides europeos.