El príncipe Harry enfrenta uno de los mayores dilemas de su vida: cumplir el deseo de su padre, el rey Carlos III, de ver a sus nietos Archie y Lilibet antes de que su estado de salud empeore, o respetar la postura inflexible de Meghan Markle, quien insiste en mantener a los pequeños alejados del monarca. La distancia entre Montecito y Londres se ha convertido en más que una barrera física; es ahora el epicentro de una lucha emocional y familiar que tiene en vilo a la realeza británica.
Según fuentes cercanas, Meghan Markle ha restringido el contacto de sus hijos con su abuelo a videollamadas de apenas 10 minutos a la semana. Desde el Jubileo de Platino de la difunta reina Isabel II, en 2022, cuando el rey Carlos III tuvo la última oportunidad de ver a sus nietos en persona, no ha habido más reuniones familiares físicas. Este distanciamiento ha dejado al monarca profundamente afectado, mientras lidia con su delicado estado de salud.
Carlos III busca momentos significativos con sus nietos
El monarca británico, que siempre ha defendido la importancia de los lazos familiares, se encuentra ahora en un momento crítico. Luchando contra un cáncer que, según fuentes reales, ha avanzado significativamente en los últimos meses, el rey ha expresado su deseo de pasar tiempo con sus nietos antes de que sea demasiado tarde. "El rey está absolutamente comprometido a estar presente en todas las vidas de sus nietos. Valora la familia por encima de todo y, sea cual sea el curso de su relación con su hijo, nunca se conformaría con ver a sus nietos en alguna que otra videollamada", comentó una fuente cercana al Palacio de Buckingham a la prensa británica. Y aunque las tensiones con Harry son evidentes, el compromiso del rey con sus nietos permanece intacto. Sin embargo, Meghan Markle ha mantenido su postura firme de mantener a los niños lejos del Reino Unido, lo que ha generado frustración tanto en Carlos como en Harry.
¿Harry contra Meghan? El choque inevitable
Ahora bien, a pesar de su amor por Meghan, Harry parece estar al borde de romper con las restricciones impuestas por su esposa. Amigos cercanos al duque de Sussex han comentado que esta situación lo ha dejado profundamente afectado, ya que teme no poder cumplir con el último deseo de su padre. Hay quien asegura que Harry no podría perdonarse a sí mismo si no lleva a Archie y Lilibet para que su abuelo los vea por última vez.
Pero la negativa de Meghan no solo ha provocado tensiones maritales, sino que también ha alimentado las especulaciones de que la relación de los Sussex está al borde del colapso. En círculos reales, se rumorea que Harry estaría considerando regresar al Palacio de Buckingham con sus hijos, pero sin Meghan. Y aunque esta podría considerarse una medida drástica, Harry está evaluando todas las posibilidades para lograr una reconciliación familiar antes de que sea demasiado tarde. Para Harry, cumplir con la última voluntad de su padre es una prioridad. Sin embargo, el camino para lograrlo parece cada vez más complicado. Con Meghan Markle firme en su decisión de mantener a sus hijos alejados del ambiente de la realeza británica, el príncipe enfrenta una lucha interna que podría tener consecuencias irreversibles para su matrimonio.