La sucesión en las monarquías es exclusivamente un asunto familiar. En España estaba previsto que la sucesión de Juan Carlos se produjera en un momento exacto: cuando muriera el rey Juan Carlos, pero la presión familiar de Felipe, acompañado de Letizia y con la complicidad de la reina Sofía, acabó haciendo palanca para destronar al rey. Lo convencieron para que abandonara. Fue un complot familiar. Los que filtran la información de Zarzuela señalan a un hombre, un político asesor de Juan Carlos que lo acabó de convencer: Felipe González. Una cosa similar está pasando en la monarquía inglesa. Allí la sucesión se produjo por el hecho natural de la muerte de Isabel II pero ahora todo es diferente porque Carlos III fue rey ya anciano, tiene 76 años, y enfermo de cáncer. Su sucesión está muy cerca, por motivos de salud.
En Buckingham el funcionario que gestiona la sucesión es Sir Clive Alderton, el secretario de Carlos III. Esta especie de virrey de Inglaterra es el hombre más poderoso de la corona británica, el equivalente a jefe de la Casa Real. Y tomó partido por el príncipe William, al hijo mayor, porque detesta al príncipe Harry. En sus memorias, Harry lo llama "la avispa" porque se dedicaba a picarlo, a minar su posición dentro de la Familia Real. Sir Alderton es quien empujó al rey a apartar al hijo pequeño que ha acabado exiliado en los EE.UU. Pero no contaban con que la princesa de Gales tendría cáncer y ahora que William debería dar un paso adelante ha dado un paso atrás, retirándose de la primera línea, la que le tocaba, para cuidar a Kate Middleton, sus tres hijos y a él mismo. William ha demostrado estos meses de cáncer del rey Carlos que no está preparado para reinar y que no tiene ningún tipo de interés en ello. Todas las miradas apuntan al suplente, el siguiente en la sucesión: el príncipe Harry. El hijo pequeño del rey tiene más cerca ser el próximo rey porque ha eliminado al último obstáculo que le quedaba después de Kate Middleton y William: dimite Sir Clive Alderton.
Harry escribió en su libro de memorias un párrafo demoledor sobre Sir Clive Alderton y los burócratas de Buckingham: "Yo les tenía una gran antipatía y ellos no me soportaban. Me consideraban irrelevante en el mejor de los casos, imbécil en el peor. Pero, sobre todo, sabían que los veía como usurpadores. En el fondo, sospechaba que ellos se consideraban el Verdadero Monarca y que estaban aprovechándose de la reina en su vejez, sacando partido a su posición influyente mientras solo aparentaban servirla". Exactamente pasa ahora con otro anciano enfermo, Carlos III pero el gran titiritero de la Corte, el que mueve los hilos, Clive Alderton está planteándose la retirada, dejando campo libre al retorno de Enrique e Inglaterra.
La sucesión vuelve a ser un asunto meramente familiar, Carlos III está decidido a abdicar para pasar los pocos años que le quedan de vida en paz, y el príncipe de Gales, Guillermo, también está convencido de dejar pasar su turno. No tiene fuerzas para reinar solo, con la mujer enferma y los hijos pequeños. Harry sería la sabia nueva, la sangre azul potente que queda dentro de la familia.