Un mes y medio. Esta es la parte de la condena que lleva cumplida Iñaki Urdangarin. Le quedan muchos días hasta satisfacer la deuda de 5 años y 10 meses de prisión que tiene con la justicia española. Mientras muchos dudan de si efectivamente está entre rejas, la prensa indaga qué rutinas tiene el presidiario dentro de la cárcel de mujeres. El Español explica que los privilegios del cuñado del rey Felipe son diversos. Como quien volviendo del verano se compromete a apuntarse al gimnasio, Urdangarín se ha hecho poner una bicicleta estática, una cinta para correr y una espaldera para hacer abdominales y otros ejercicios. Como en un spa pero sin la llave de la puerta.

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Eso no es todo, el interno podrá cocinarse su propia ensalada ya que le han puesto unos tiestos para cultivar: "Ha comenzado en la cárcel una sorprendente afición, el cultivo de verduras y hortalizas. Al ser el suelo de su patio de recreo de cemento, Urdangarin cultiva tomates, pimientos y otro tipo de vegetales en grandes maceteros". Instituciones Penitenciarias anuncia que no se han comprado expresamente para el yerno de Juan Carlos sino que están en la prisión de Ávila desde que el anterior preso famoso que ingresó, el director de la Guardia Civil Luís Roldán, cultivaba bonsais. El patio de cemento de 25 x 7 metros lo ocupa a solas el primero de los miembros de la Familia del Rey encarcelado en democracia.

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Con agua y abono, en el rincón soleado del patio, Urdangarin hace de campesino y nada más ya que, según el mismo digital "Apenas lee y escribe". No ha solicitado ampliar sus estudios". En Blau ya se hizo eco de los compañeros de ESADE que denunciaron que le regalaron el título y el master. Prefiere correr dentro del polideportivo de la prisión cuando las prisioneras no están, en la sobremesa. Deporte, horticultura y religión. La tercera pata del exduque de Palma está siendo recibir los sacramentos de manos del cura del centro: eucaristía y confesión.

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La lástima es que Urdangarin sólo confíe en la confesión de rodillas y a través de una reja con un mosén. En la Audiencia de Palma cuando fue preguntado por si la Casa Real o Juan Carlos estaban detrás de los negocios corruptos del Instituto Nóos musitó un "no lo sé, no me acuerdo".