Aunque Kate Middleton ha logrado posicionarse como uno de los mayores íconos de la moda en la realeza contemporánea, hay una norma que ni sus asesores de imagen más osados se atreven a desafiar: la obligación de llevar sombrero en eventos oficiales. Esta norma, casi desconocida para el gran público, tiene raíces más profundas de lo que podría imaginarse y responde a un código de etiqueta que se remonta al siglo XIX, cuando mostrar el cabello en público era considerado un acto indecoroso para una dama de la nobleza.
Según reveló el exmayordomo real Grant Harrold, quien sirvió al Príncipe Carlos durante seis años, el protocolo impone el uso de sombreros desde las 6:00 a.m. hasta las 6:00 p.m. en compromisos formales. Pasado ese horario, si la ocasión lo requiere, deben portar tiaras… pero solo si están casadas. ¿Y si no lo están? El mensaje que transmite su cabeza desnuda no pasa desapercibido: están solteras y disponibles.
Etiqueta rigurosa: el sombrero como símbolo de respeto y jerarquía
Lo más sorprendente es que esta norma no es opcional. En eventos como el Día de la Commonwealth en la Abadía de Westminster o en ceremonias reales, el sombrero deja de ser un simple complemento para transformarse en un emblema de reverencia hacia la tradición monárquica. Nada de tocados modernos o accesorios discretos: el código de etiqueta es estricto e innegociable. De hecho, Harrold subraya que incluso en eventos como Ascot —donde normalmente se permite cierta libertad estilística—, los tocados extravagantes quedan relegados frente a los sombreros clásicos.
Aunque muchas figuras reales como la princesa Beatriz han intentado romper ligeramente la regla, sustituyendo los sombreros por diademas elaboradas que rozan los límites de la etiqueta, la princesa Kate ha sido impecablemente fiel a la tradición. Su estilo sobrio y calculado no deja lugar para errores ni improvisaciones. Vestir bien en los eventos oficiales de la Casa Real no es solo una cuestión de estética, sino una forma de comunicar poder y pertenencia por las tradiciones monárquicas frente a los ojos del mundo.
El rojo como mensaje oculto: el otro código secreto en el armario de Kate
Pero hay otra regla, no escrita, que la princesa sigue al pie de la letra, especialmente en eventos diplomáticos o solemnes: vestir de rojo. Aunque esta norma no figura en ningún manual oficial, es una estrategia de comunicación visual cargada de simbolismo. Kate ha optado en múltiples ocasiones por este color vibrante en sus apariciones públicas más importantes, como el abrigo-vestido de Catherine Walker acompañado de un sombrero de Gina Foster que usó el Día de la Commonwealth.
La estilista y experta en color, Marina Thomas, afirma que el rojo es un tono reservado para quienes desean transmitir fuerza, coraje y liderazgo. No es casualidad que su suegra, la icónica princesa Diana, también recurriera a esta tonalidad en momentos clave de su vida pública. La elección cromática tiene raíces históricas: los romanos, espartanos y persas vestían de escarlata en batalla para reflejar su poder. Kate, tras superar su lucha contra el cáncer, emplea la moda como un recurso de comunicación estratégica. El desafío de Kate Middleton no es menor: equilibrar las estrictas normas de la realeza británica con las expectativas de una sociedad moderna que exige autenticidad, pero no perdona errores. Cada sombrero que elige, cada vestido que viste y cada gesto que hace frente a las cámaras forman parte de una narrativa cuidadosamente orquestada.