El rey Juan Carlos sigue siendo noticia a sus 81 años por sus actos y sus ausencias. Su hijo Felipe lo mantiene apartado de los actos oficiales y el emérito se ha borrado de la fiesta de cumpleaños de su hermana, la infanta Margarita. El monarca se ha dejado ver en los toros al lado de su primogénita (pero no heredera) Elena y del embajador de los EE.UU. puesto por Doanld Trump: Duke Buchan. Los tres contemplado cómo en la plaza de toros de Illescas, en Toledo, saltaban un grupo de antitaurinos con una bandera de España con un toro dibujado y la palabra "no". El rey emérito se ha mantenido impertérrito mientras la Guardia Civil se llevaba los espontáneos. Este es el vídeo:

Juan Carlos siempre ha sido un fanático de los toreros pero en esta ocasión ha mostrado un interés menor en la muerte de los animales. Según recoge el portal Love, cometió lo que el digital considera un error de protocolo pero es una falta de educación:"La anécdota de los antitaurinos podría haber ayudado a don Juan Carlos a mantenerse despierto, lo cierto es que en un momento de la corrida ha bostezado sin tapar su boca. Un gesto que rompe el protocolo de La Casa Real". Los fotógrafos no recogen el bostezo regio y estaban más pendientes de las visitas de los "pelotas", como José Bono.

EFE

Mientras la opinión publicada, revistas del corazón y prensa madrileña, se centra en el toreo, la red pone el acento en cómo el exjefe del Estado sigue dando apoyo a una ceremonia mortal cuestionada por amplios sectores de la sociedad:

GTRES

Banderas de España en las pulseras, la guardia civil llevándose antitaurinos, el rey cojo con muletas, el Enric Millo de Donald Trump dando una imagen pésima, toros torturados y Elena educando a sus hijos como votantes de Vox. Todo en orden en la España real.