Portugal no goza de una monarquía parlamentaria como la de España, Países Bajos, Reino Unido, Noruega, etc. Puede que algunos se pregunten cómo es que esta institución dejó de existir en dicho territorio. Hace poco más de un siglo era un reino como los demás países europeos. Fue, a partir de 1910, cuando Manuel II se fue al exilio y no volvió jamás. Un alzamiento abolió la monarquía y estableció un régimen democrático. A pesar de que está extinta la línea de los últimos reyes, hay un título de duque y duquesa. Lo más curioso es cómo Victoria Federica podría recuperar la confianza del pueblo y alzarse como ‘reina’.  

La dinastía que reinó Portugal antes de la caída del monarquismo fue la de los Braganza. Hoy en día continúan fuera del esquema político. Si bien los siguientes Braganza han continuado vinculados a múltiples labores públicas. En otras palabras, realizan una labor de diplomacia (no oficial). Ahora bien, hace unas semanas, se celebró una boda ‘real’ muy especial y ahí es donde entra Victoria Federica. 

María Francisca, hija del duque de Braganza, se casó con Duarte de Sousa. Este enlace fue festejado y narrado en todo el país. Tuvo lugar en la basílica del convento de Mafra, cuya importancia radica en que fue construido por el rey João V con la promesa de tener un hijo y así lo logró. Luego de esta esperada boda, los portugueses están ilusionados con el matrimonio del heredero, el príncipe Alfonso de Braganza. La sobrina del rey Felipe VI parece ser la candidata predilecta. 

Victoria Federica con el príncipe de Portugal

Vic, como le dicen en su círculo cercano, no tiene pareja confirmada. Está disfrutando al máximo su juventud, aunque dicen que tiene un nuevo novio y este pretendiente no es del agrado de su padre. Jaime de Marichalar está muy preocupado, quiere otro estilo de vida para su hija. Principalmente, que deje de lado las fiestas y tenga estabilidad. Por su parte, desea que empiece una relación con el respetable Alfonso de Braganza. Un joven apartado de los escándalos y que tiene un futuro prometedor. 

Marichalar no es el único, los vecinos peninsulares de España están convencidos de que la aristócrata y el príncipe se complementarían bien. Ella es divertida, aventurera y podría suponer un cambio para el heredero, que es más pacífico. A su vez, él podría ayudarla a desacelerar un poco y tener un ritmo de vida más apropiado. De contraer matrimonio con el hijo del duque, Victoria Federica pasaría a formar parte de la familia real y ser reina, si vuelve a restituir la monarquía. 

Lo más interesante es que la hija de la infanta Elena es protagonista de la prensa portuguesa, pues los medios se hacen eco de los deseos de la ciudadanía. “Victoria, una mujer con una inmensa alegría de vivir, es todo lo contrario del discreto Afonso de Bragança”, publicó el portal Flash. Si Victoria Federica quiere ser ‘reina’, en España no podrá cumplir esas aspiraciones. Sin embargo, Portugal le ofrece una opción viable. ¿Aceptará?