Mañana hará una semana de la coronación de Carlos III de Inglaterra. El pasado sábado disfrutamos como críos de lo que es la pomposidad royal. Aquelarre de aristócratas en la Abadía de Westminster para presenciar algo único en el mundo: la coronación de un rey inglés 70 años después de que lo hiciera su predecesora, su madre Isabel II. Carlos y Camilla Parker-Bowles, Their Majesties, se pusieron la corona de manera oficial y pasaron a ser los jefes de la Commonwealth y de la Royal Family, la familia real más importante y con más historia del mundo. Una ceremonia que tuvo, como todas las otras que llevan un milenio celebrándose en el Reino Unido, un toque religioso. Muy muy religioso: fue, de nuevo, el arzobispo de Canterbury el que rubricó la coronación, poniéndole la corona de San Eduardo en el cabolo de Carlos III. Vamos a hablar hoy de él, de Justin Welby, el arzobispo de Canterbury.
Y es que Justin Welby es hoy noticia en los tabloides ingleses. Y no por un acto de caridad ni de buen espíritu, sino por una acción ilegal. Y es que el arzobispo la ha liado parda en la carretera: ha sido el diario Evening Standard el que ha revelado que Welby ha sido cazado por las cámaras de tránsito circulando "a más de 40 kilómetros por hora" en una zona donde la máxima ponía 30. No, no era uno de los radares de Ada Colau que te puedes encontrar en cualquier recóndita esquina de Barcelona: era uno de los que hay cerca de su prestigiosa residencia en el palacio Lambeth. Foto, flash: multa.
Una multa que, según se ha sabido, puede llegar a ascender hasta los 600 euros. Sí, los radares de allí son más crueles que los de aquí. Nadie se escapa de las multas de tráfico, tampoco una de las máximas autoridades eclesiásticas del país, seguramente de las más importantes. Lleva en el trono eclesiástico de Canterbury justo una década y esta es la primera multa que recibe, así que Dios seguro que le perdonará. Y más tras su confesión: y es que tras esta hacerse pública, Welby la confesó por videoconferencia, para así tener que evitar la imagen de aparecer en los juzgados.
La vida íntima del arzobispo
Al contrario de lo que piensan muchos, el arzobispo de Canterbury no es un monje que no pueda tener relaciones carnales. La iglesia católica practica el celibato, por lo que no puedes intimar ni -por supuesto- tener hijos con nadie. La anglicana no tiene nada que ver con eso, así que Welby tiene mujer... e hijos. Y no uno o dos, sino 6. En su vida, el arzobispo no ha perdido el tiempo y ha decidido ser un padrazo junto a Caroline Eaton. Ahora, con 67 años, parece que ya se le ha pasado el arroz y su misión es triple: servir a su familia, seguir predicando la palabra del Señor y ser el mayor consejero espiritual del Rey Carlos. Larga vida a Welby.