Es el nuevo culebrón del momento. Bueno, decimos nuevo, pero es más viejo que el ir a pie. Es el gran tema de cuernos de España. Los que le puso de manera sistemática el rey Juan Carlos a su mujer, la reina Sofía, antes, durante y después de haberse casado con ella y tener los tres hijos que tuvieron. La griega no pasaba por la puerta y lo sabe. Y por lo visto, tanto se la refanfinfla, le lame un pie, todo sea por mantener el paripé de la monarquía y seguir disfrutando de los privilegios de ser de la realeza. Ahora, sin embargo, todo el mundo va como loco por las fotos y audios que han ido saliendo en una revista holandesa y después en OK Diario, donde se ve al emérito embelesado con el escote de su amante más célebre, la vedette Bárbara Rey, comiéndose a besos y teniendo conversaciones privadas dónde hablan de cuestiones banales, pero también de cuestiones de estado.
Rey montando en cólera al ver todo el berenjenal. Y el rey, tres cuartas partes de lo mismo. Ahora resulta que el caradura mayor del reino se hace el digno. Según Sílvia Taulés en el programa Fiesta de Telecinco, la reacción del monarca fue furibunda: "Entre el domingo y el lunes de esta semana, tuvo, lo que se puede decir, un berrinche. Tuvo un enfado muy fuerte. Él es un hombre carácter que está pausado siempre, pero cuando se enfada, se enfada mucho y se enfadó mucho. Me dijeron la frase 'está profundamente dolido' porque se dio cuenta de que no solamente era simplemente una fotografía que se iba a publicar en Holanda y ya está, sino que iba a ir a más y a más y ya nos han avisado, que esto iba a seguir, que va a haber mucho más. No quiere saber nada. Tanto es así que me dicen 'fíjate, esto de Bárbara no va a ser ni un capítulo ni una línea dentro de cualquier capítulo de las memorias que está escribiendo. No lo va a citar". Hay que ser sinvergüenza. Un berrinche... Pues dos piedras.
Faltaba saber qué piensa la tercera en discordia, la cornuda, la reina Sofía. De momento no ha dicho palabra, pero no es difícil deducir que no le habrá gustado ver las fotos de quién todavía es su marido, comiéndose a besos con su ex amante. Una reina Sofía a quien hemos visto este lunes con cara de pocos amigos, una cara de vinagre que le llegaba hasta el suelo, en un acto. Después de todo el escándalo, la emérita ha reaparecido. ¿Dónde? En la Base Aérea de Torrejón por la conmemoración del 19.º aniversario de la creación de la Unidad Militar de Emergencias. Evidentemente, se han analizado sus gestos hasta el más mínimo detalle. Y lo que más ha llamado la atención saltaba a la vista, se veía perfectamente en su look, en el outfit escogido.
Sofía, amante de darle un toque a su estilismo, ha lucido orgullosa un broche. Y no uno cualquiera. Uno muy especial con un significado que algunos, como Lecturas, atribuyen a un "guiño al rey Juan Carlos". Un complemento que regaló ni más ni menos que el dictador Franco, el amiguito de los Borbones, un obsequio que le hizo en el año 1962 con motivo de su boda con Juan Carlos y que ya ha llevado en otras ocasiones, por ejemplo, el bautizo del rey Felipe o alguno de los posados navideños. Señala la mencionada publicación que el hecho de que se haya puesto este broche "no habría sido casualidad. Sabiendo bien que tiene relación con su enlace con don Juan Carlos y que iba a ser de lo más comentado, resulta de lo más significativo que lo haya llevado".