Estamos a las puertas de uno de los días más románticos del año. Los catalanes preferimos el día de Sant Jordi como nuestro Día de los Enamorados particular. El 23 de abril es el día donde las parejas están más enamoradas que el resto del año, libros y rosas a tutiplén, paseos por las calles llenas de paradas en todo el país. Pero en el estado español, por herencia anglosajona, hay mucha expectación por celebrar este 14 de febrero, día de San Valentín. ¿Cómo lo celebrarán los monarcas españoles? Será el primer 14 de febrero después de que el examante de la reina, el empresario navarro Jaime del Burgo, destapara la caja de los tronos y empezara a publicar tuits comprometedores e imágenes de Letizia con pashmina. La sombra del adulterio sobrevuela las cabezas de Zarzuela después de las palabras de Del Burgo. Y lo que todavía queda por publicar cuándo vea la luz su libro donde desembuchará todavía más.
Este San Valentín, los reyes lo celebrarán en Catalunya. Primero, con Felipe presidiendo en el auditorio Fórum del Centro de Convenciones Internacional de Barcelona el acto de entrega de despachos a los 160 integrantes de la 72ª promoción de la Carrera Judicial. Después, ya acompañado de su mujer Letizia, inaugurarán la Torre Puig-T2, en l'Hospitalet de Llobregat, el segundo edificio que consolida la ampliación de la sede corporativa de la Compañía Puig, donde visitarán la nueva Torre y conocerán las diferentes áreas de trabajo que acoge el nuevo edificio. ¿Qué harán después los monarcas? ¿Se perderán como dos enamorados por el Barrio Gótico de Barcelona? ¿Irán a una cena romántica en algún reservado de algún encantador restaurante de la capital catalana? ¿Pasarán la noche en un hotelito alimentando su amor y su pasión? No hay que ser un genio para saber que la respuesta a estas preguntas siempre es la misma: no, no y no.
No sabemos tampoco qué regalos se hará la parejita para celebrar esta fecha. ¿Quizás un ramo de flores? ¿Algún otro detalle más personal del uno al otro? No caerá esa breva. Felipe no es el más romántico del mundo, y Letizia tampoco parece una mujer detallista predispuesta a sorprender a su marido y salirse de aquello establecido. De hecho, probablemente el regalo más romántico que haya recibido nunca la asturiana en una jornada como la de este miércoles no se lo hizo su marido Borbón sino un admirador anónimo. ¿Dónde y cuándo? En una visita a Andalucía, en Sanlúcar de Barrameda, en Almonte o el Parque Nacional de Doñana, cuando este conmemoraba su 50.º aniversario. En la localidad de Cádiz recorrieron el Embarcadero Bajo de Guía, con ocasión del V Centenario de la Primera Circunnavegación del Mundo de Elcano y Magallanes. Allí los recibieron diferentes curiosos y ciudadanos deseosos de dar a los reyes algún presente.
Y entre estos visitantes que se reunieron allí, un espontáneo que no lo dudó dos segundos para acercarse a la reina y le dio un pequeño regalo romantiquísimo: un pequeño globo con forma de corazón, un regalo de San Valentín que la reina agradeció con una explícita sonrisa de oreja a oreja ante todo el mundo... No parece que Felipe haya tomado nota y haya encargado ningún corazón para dárselo a su mujer cuando entren nuevamente a Zarzuela.