Con el 12 de octubre a la vuelta de la esquina, el unionismo saca sus mejores galas. Ya podemos estar sin gobierno, ya podemos estar a punto de unas nuevas elecciones, ya podemos estar esperando la sentencia más importante de la historia de la democracia, que para los Borbones, el día grande que tienen marcado en rojo en el calendario es este día de la hispanidad. El vergonzoso (y carísimo) desfile militar volverá a salir a las calles para que Felipe y su familia se sienten a contemplar la fiesta nacional.
La reina Letizia ya ha subido unas cuantas veces a la tarima de honor que preside el tradicional desfile. Ya lleva 15. Por no hablar de las recepciones ante 1.500 invitados en el Palacio Real de Madrid. Los letilievers ya esperan ansiosos por ver el modelito que lucirá la mujer del rey en esta fecha tan señalada donde todo el mundo quiere salir en la foto. Letizia las ha vivido de todos los colores durante los anteriores 12 de octubre, y no sólo los rojigualdos de la bandera española. Por ejemplo, cuando, embarazada de su segunda hija, sufrió hiperémesis gravídica, tal como recuerda El español, o lo que es lo mismo: vómitos sin descanso durante la gestación que, incluso tal como ella explicó, provocaron que casi le dejara bonitos los zapatos a José Luis Rodríguez Zapatero.
A Letizia no le gusta todo lo que implica el 12 de octubre, por mucho que haya aprendido a poner buena cara. "Ya se ha acostumbrado. Al principio, cuando llegó a Zarzuela no le gustaban nada, le resultaban rancios y antiguos", explica el citado medio. Por eso ha intentado romper esquemas, dentro de los parámetros que tiene. Como el año 2010, cuando quiso echarle un capote a Carme Chacón, que llevó pantalones en un acto, y provocó que los más tradicionales se pusieran las manos a la cabeza al verla llevando unos pantalones de lana gris. El look también le ha provocado algún dolor de cabeza. Como el año 2013. Unos zapatos de tacón de 9 centímetros que le dieron la lata todo el día. Al marcharse y bajar las escaleras del Palacio Real, Letizia se quitó los zapatos. Pero se encontraron al entonces presidente del gobierno Mariano Rajoy que había salido fuera para hablar por teléfono. Al ver a la reina con los zapatos en la mano, le dijo: "a todos nos duelen los pies".
Veremos qué pasa este 12 de octubre. Y qué estrategia utilizará Letizia con los periodistas que no le apetece saludar, ante un día donde hay muchos más que de costumbre. "La reina tiene una estrategia muy estudiada. Ella les evita, sobre todo si son del gremio del corazón. Su táctica es sencilla, estar siempre ocupada, tener siempre un interlocutor con el que charlar y si alguien con el que no quiera hablar se acerca, se va girando poco a poco dándole la espalda". Y veremos si esta vez, la reina sí beberá cuando alguien haga un brindis. Todavía resuena en Zarzuela cuando no lo hizo un año cuando se hizo un brindis por su suegro Juan Carlos.