Misa de Pascua del 2018. Palma. Probablemente el día que la monarquía española tocó fondo. Aquel día se produjo la imagen más vergonzante de los Borbones, con diferencia, de los últimos tiempos. Todo aquello por lo que la Casa Real luchó durante años, la hipocresía forjada a prueba de fuego para hacer ver que dentro de las paredes de Zarzuela todo era buena sintonía y afecto, se derrumbó como un castillo de naipes después del gesto de la reina Letizia con su suegra Sofíaa las puertas de la Catedral. Apartarle la mano de malas maneras cuando acariciaba a la princesa Leonor, limpiarle el beso que le dio en la frente de suya nieta, discutir sobre donde se tenían que poner para hacerse una foto, allí en medio de todo el mundo, ante los sorprendidos periodistas, que asistían atónitos a una escena que generó un antes y un después en la Corona.
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Aquel día, de infausto recuerdo para la emérita, no se le borrará nunca de la cabeza a la madre de Felipe. Aunque después ella y su nuera han hecho el paripé, nada ha vuelto a ser como antes. Aquel día, que Sofía guardará para siempre en el cajón de las pesadillas, un look protagoniza aquellos malos recuerdos. La representación física del vergonzoso apuro real: una blusa. Una blusa negra con rombos blancos. La que llevaba la reina Letizia. La blusa de Carolina Herrera que lucía Letizia y que aparece una y otra vez cada vez que se recuerda aquel domingo de Pascua.
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Otra lo hubiera guardado para siempre en el fondo del armario. Pero Leti es mucha Leti. Desde aquel día, alguna vez más se la ha puesto. Pero nunca delante de su amigui Sofía. Hasta este domingo. Cuando se encontró cara a cara en un momento complicado con su suegra. UCI del Hospital Universitari Quirónsalud Madrid. 24 horas después de que a Juan Carlos lo hayan operado del corazón. Los reyes visitan al paciente y suben a la habitación. Allí todavía están la reina Sofía y su hermana. Y Letizia va a ver al suegro vestida como en Palma.
Letizia, a la salida de la visita, dijo ante los medios que vio a Juan Carlos "muy valiente"... Hay quien piensa que la valiente es ella por tener la osadía de ir vestida así en un momento como este. Claro está que otros podrían tildar así a Sofía por tener que morderse la lengua y hacer una sonrisa disimulando al ver a Letizia vestida así otra vez con el emérito convaleciente.