Duelo de estilos y de estilismos entre dos primeras damas, la monárquica y la republicana. Letizia lo tenía claro: quería recuperar la corona de la más estilosa en comparación con la mujer del jefe del Estado francés. Cuando era princesa compitió con Carla Bruni en una célebre sesión de fotos y salió derrotada. Brigitte Macron tiene 65 años. Luce espléndida pero Letizia, recién cumplidos 46, se ha vestido como para una alfombra roja contrapuesta a la sobriedad de marfil de la mujer de Emmanuelle Macron, y cuando bajaban las escaleras del Grand Palais, donde acababan de inaugurar la exposición de Joan Miró, Letizia ha tenido el gesto definitivo: ha cogido del brazo a Brigitte para ayudarla a no caer rodando. La fotografía parece de una nuera ayudando a su suegra.
Las crónicas de Madrid alaban el estilo de la reina. Escribe el diario El Mundo "Por una vez iba muy bien peinada con un moño bajo y nada aparatoso y hay que decir a los cuatro vientos que estaba realmente espectacular. A su lado, Brigitte Macron palidecía algo y no solo por que su vestido fuese blanco y de una simplicidad total". El diario de derechas aprovecha para cargar contra el último duelo de "primeras damas" Melania Trump y Begoña Gómez, mujer de Pedro Sánchez: "Letizia difumina el espectáculo poco afortunado de Begoña Gómez de Sánchez con aquella recreación de un modelo llevado supuestamente para epatar a Melania Trump que causo hilaridad en las redes".
La operación "salvamos a Letizia" sigue su curso. La prensa la ve siempre ganadora: "Madame Macron iba espléndida, juvenil y pimpante, pero hay que reconocer que doña Letizia, encaramada en sus altos talones de Nina Ricci, la eclipsó". El escenario era inmejorable, Joan Miró, el poder se respiraba en el ambiente con dos jefes de estado de los más conocidos de la UE, y Letizia ha sacado sus mejores armas: peinada, calzada, vestida y pintada como una estrella. Si era o no adecuado lo valorará cada cual.
El detalle de los Macron cogidos de la mano contrasta con los reyes, más estirados en público. Brigitte estuvo cálida cogiendo a Letizia de la cintura, como amigas, y Letizia le devolvió la cortesía de ayudarla a bajar las escaleras. Como quién cede el asiento a una señora mayo en el autobús. Buena educación y sutil mensaje subliminal. Letizia siempre gana.