El último acto público de los reyes fue el lunes por la noche, por los 20 años del diario La Razón. La reina Letizia se presentó despeinada y con una falda barata. Pero otro detalle no ha pasado desapercibido: en su cabeza lucía su pelo blanco. A los 46 años ya peina canas pero ahora ha tomado la determinación de ir natural y no teñírselas. Una decisión paradójica para alguien que frecuenta al cirujano plástico para hacerse operaciones de estética en abundancia y pincharse bótox periódicamente. Su imagen pública le preocupa más que sus discursos, de los cuales no se puede destacar nada nuevo. De sus raíces blancas hay mucha constancia gráfica:
La prensa royal lo disfraza como una decisión "arriesgada": Unos cuantos pelos de color blanquecino que, colocados estratégicamente y recogidos en una coleta baja, han pronunciado una nueva declaración de intenciones en toda regla" (Vanitatis). En Instagram los comentarios son menos protocolarios: "La encuentro avejentada, es muy joven. O es genético o se tocó de más", "Tiene canas??? O son mechas????", " Mucha gente se las deja, yo creo que depende de cómo te vayan saliendo. Hay veces que sí es necesario teñirse el pelo porque se notan demasiado", "Me parece perfecto que tenga 2 canas, eso no es nada y no le quita belleza. A mi me gusta la belleza natural y no puedo pedir naturalidad y luego criticar que no se tinte"...
La prensa rosa se pone científica "Podemos hablar de que existen tres tipos diferentes de canas: las prematuras, las mechas blancas y las fisiológicas. En este caso, Letizia luce las últimas, que aparecen en las sienes y en la parte posterior de la cabeza". Lo que en otra celebrity sería un aaarg de dejada, en Letizia lo venden como símbolo de elegancia. La prensa cortesana es pelota. Cuando llevó a las hijas a la escuela ya dijeron que iba sin maquillar, cuando era falso. En realidad la consorte llevaba un maquillaje natural look efecto cara lavada. Pintada sin que se note. Letizia se quiere acercar a las personas que leen prensa real, pero si sigue así arruinará a las peluquerías. Ya no quedarán revistas del corazón de papel porque los y las peluqueras irán en paro.