Aunque Felipe VI, Letizia y sus hijas dieron negativo en las pruebas del coronavirus que se hicieron dos semanas atrás, la reina de España se encuentra, a día de hoy, encerrada en su habitación siguiendo una cuarentena porque estuvo en contacto, el día 6 de marzo, con Irene Montero, que sí que ha contraído la enfermedad. Separada del resto de la familia real española, la monarca no ha podido acompañar a su marido en uno de los momentos más complicados de su reinado. Por partida doble: la crisis sanitaria del COVID-19 y la corrupción de los Borbones.

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Según afirma la cronista real Pilar Eyre en su blog de la revista Lecturas, Letizia está aislada por precaución: "Todos habían salido negativos, pero el doctor Manuel Martínez Pérez obligó a Letizia a confinarse, a llevar mascarilla y guantes, comer con una bandeja y recibir solo la visita rutinaria de una enfermera", relata. Una situación que ha llevado al matrimonio al límite. Para poder verse, los reyes españoles se han descargado Skype: "Solo hablaban para discutir", asegura la periodista catalana. Tensión entre los monarcas porque ella le pedía que se dirigiera a los ciudadanos para tranquilizarlos: "Felipe, tienes que salir a decir algo, están muriendo enfermos, el país está temblando, tienen que saber que estás a su lado, que compartes su sufrimiento… Los reyes de Suecia, Dinamarca, Bélgica, Japón, Holanda están dando muestras de solidaridad con su pueblo. Nosotros, ¿no?". Finalmente, el discurso de Felipe VI fue el 18 de marzo.

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Flotando en el ambiente, otro tema espinoso: los negocios oscuros de Juan Carlos y que ahora han salpicado al mismo Felipe. El rey habló en la tele del coronavirus. Ni una palabra del dinero escondido en Suiza. Una fortuna de 100 millones de euros en una cuenta offshore que también ha enfrentado a Felipe y Letizia. Ella le pidió que se desmarcara "Sí, pero es mi padre... esto lo matará...", revela Eyre que decía él. La reina, insistente: "Piensa en nuestra hija... No llegará a reina. ¿Es lo que quieres?".

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Al acabar, la periodista asegura que Felipe habló con su padre y que fue el rey emérito quien tomó la iniciativa: "Haz un comunicado y échame toda la culpa a mí. Lo hago por la princesa de Asturias". Según Eyre, una vez emitidos públicamente el comunicado por la corrupción de Juan Carlos y el mensaje institucional por el coronavirus, el monarca se rompió: "Sobrepasado por las emociones que había vivido en esa semana espantosa, hincó los codos en las rodillas, hundió la cabeza en las manos y se echó a llorar".