La reina Letizia continúa su visita oficial por el Caribe. Después de dejar atrás la República Dominicana, donde sus cuerpos de seguridad se mostraron expeditivos y donde ni la seguridad pudo impedir que casi fuera a parar al suelo con un traspié, ahora la monarca ha aterrizado en el país vecino, Haití, el país más pobre de América y uno de los más necesitados del mundo. De hecho, a su llegada, la primera dama Martine Moise le rogó que les ayude a "cambiar la imagen de nuestro país en el exterior: juntas, podemos mostrar a todos los países que Haití está lleno de personas orgullosas de su origen, historia y cultura”.

Efe

Efe

El miércoles, justo antes de volver hacia España, la reina ha visitado de primera mano las zonas donde todavía se observan los daños que provocó el devastador terremoto del 2010. También ha visitado el barrio de Cité Soleil, una de las zonas más deprimidas de la nación antillana, si no la que más. El barrio de chabolas más pobre del país más pobre de América. Allí ha conocido de cerca el colegio de las hermanas de San Vicente de Paul que sirve de hospicio a personas sin techo y a niños pobres.

Efe

Efe

Efe

Vestida de rosa fucsia, la reina ha abrazado a los niños a los que dan cobijo las monjas. Se la ha visto más emocionada que nunca en los últimos tiempos, con una imagen mucho menos dura y fría que la que acostumbra a tener, superada por el lugar tan especial que estaba visitando. Un emplazamiento donde se ofrece asistencia médica o comida en una zona donde malviven 300.000 personas sin agua, luz o alimentos. Una Letizia más conmovida que nunca al estar rodeada de niños y niñas que a pesar de las miserables condiciones, le hacían una sonrisa de oreja a oreja.

Efe

La reina, pues, ha seguido el camino iniciado por la reina emérita, una Sofía que visitó el mismo centro hace siete años.

Efe

Una imagen muy similar que une a suegra y nuera mucho más que los paripés a los que nos tienen acostumbradas últimamente yendo al teatro juntas o a visitar a Juan Carlos al hospital.