Durante estos meses de confinamiento, la reina Letizia ha querido dar una nueva cara. La hemos visto día sí, día también en su despacho blanco de Star Treck, haciendo videoconferencias con diferentes asociaciones, haciendo lo mismo, pero cambiando de despacho, al lado de su marido Felipe y poniendo caras compungidas. Los actos de los reyes españoles y sus hijas han venido acompañados de la rigidez que la caracterizan, poco amiga a salir del guion y mostrándose muy estirada y poco próxima.

@CasaReal

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Alguna salida al exterior, pocas, y sobre todo, reuniones telemáticas que al final, de tan repetidas, perdían su eficacia con una ciudadanía que las ha pasado muy magras. Ningún gesto de calor similar al que hemos visto en muchas familias reales europeas. En Zarzuela, ninguna concesión. Poco a poco vamos adentrándonos en esta 'nueva normalidad'. El país reanuda las actividades en el mismo momento que la reina Letizia limitará las suyas. Como antes. Porque tal como explica la revista Lecturas, la llegada de la Fase 1 a Madrid ha supuesto "el retorno de la reina Letizia a una agenda institucional mucho más ordenada y previsora, marcado por esas normas que tan criticadas han sido en alguna ocasión".

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La agenda, pues, de Letizia, vuelve a incluir algunas cláusulas que le tendrían que hacer caer la cara de vergüenza. Quizás la reina se ha agotado de trabajar también los fines de semana, si por trabajar consideramos charlar media hora por videoconferencia desde su despacho. El caso es que el medio explica que "Sus apariciones se han reducido y ya ha retomado la privacidad de los fines de semana". De momento, el lunes ya no hizo ninguna reunión. Y lo que vendrá. Porque las exigencias de la mujer de Felipe pasan por "no tener actos por la tarde o noche a no ser que fuera imprescindible, disfrutar del viernes o lunes como día libre (además del fin de semana) o no viajar fuera de Madrid los viernes...".  Se ve que Letizia quiere tener sus tres días seguiditos para descansar. Qué suerte... Y qué jeta.