A la reina Letizia el tema de los besos le hace perder el sueño. No los que se da o se deja de dar en la intimidad con su marido, sino los besos públicos que giran a su alrededor. No hay que recordar cómo se apresuró a "limpiarle" un beso de su suegra en la frente de su hija ante los medios en la Catedral de Palma en el Letiziagate.

Después llegó el encuentro con el matrimonio Trump. En la recepción en la Casa Blanca, Melania le dio dos besos en las mejillas de Letizia cuando se saludaron. Una costumbre española, pero no de los Estados Unidos. Quizás los spin doctors de la exmodelo se lo aconsejaron como deferencia. Un gesto, sin embargo, criticado por medios más monárquicos que los monarcas, como el diario ABC. Según ellos, eso sólo hace falta para personas con confianza previa, y ellas se acababan de conocer.

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Pero Letizia es mucha Letizia, y aquí, en la China popular o en América, ella da dos besos y quiere que todo el mundo se haga los mismos. Tanto le da que sea ella la que está de visita. En mi casa -y fuera de ella- se hace lo que yo diga. El viaje de los reyes a los Estados Unidos empezó hace unos días en la ciudad de Nueva Orleans, la primera escala de su gira en tierras de Trump. Y ahora, la Casa Real ha publicado un vídeo sobre aquella visita. Celebraron la conmemoración del 300 aniversario de la ciudad y fueron recibidos por el gobernador del Estado de Luisiana, John Bel Edwards y por la alcaldesa de Nueva Orleans, Latoya Cantrell. 

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Con ellos también estaba la hija de la alcaldesa, RayAnn, de 10 años, que le acerca tímida la cara a Letizia para que esta le dé un beso. Después, cuando la reina cambia la mejilla, la niña la retira. Una minicobrita. Al rey Felipe ya se le volvía a poner aquella cara de "Dios santo, otro pollo, no, por favor" que puso en el affaire entre su mujer y la reina emérita Sofía de hace unas semanas. Pero Letizia le da un segundo beso a la niña y le señala dos dedos diciéndole "two kisses". La cara de circunstancias de la joven desde aquel momento es todo un poema. Una sonrisa muy natural ya no se le borró de la cara, durante las fotografías al lado de la reina de España.

Surte que Melania iba con la lección bien aprendida. Letizia ya estaba preparada para enseñarle los dos dedos.