Si colocáramos en una línea hipotética, una al lado de la otra, todas las royals europeas, comprobaríamos que en el extremo de la hilera estaría la reina Letizia y en el otro extremo, radicalmente opuesta a la asturiana, estaría la reina Máxima de Holanda. La argentina está en las antípodas de la monarca española. Por atrevida, por espontánea, por natural y por mostrarse mucho más próxima que la mujer de Felipe cada vez que aparece delante de las cámaras o en algún acto institucionales. Y la última prueba de su atrevimiento la hemos encontrado hace poco, en un viaje oficial que ha hecho a Marruecos. Ha sido un periplo de cuatro días en calidad de defensora del secretariado general de las Naciones Unidas para las Finanzas Inclusivas para el Desarrollo.

Máxima de Holanda, en el Marruecos / @koninklijkhuis
Máxima de Holanda, en el Marruecos / @koninklijkhuis

Si se fijan, en estas imágenes hay un hecho que quizás pasa desapercibido a primera vista. Mírenle las manos. Concretamente, las uñas de sus dedos: pintadas de color rojo. Aquel detalle insignificante es una de las muchas diferencias que hay entre ella y Letizia. Por cada vez que encuentren a la reina española con las uñas de un color llamativo les podrían regalar un millón de euros... ya verán cómo continuarán con el mismo número en sus cuentas corrientes. Y es que es casi imposible.

Letizia / GTRES
Letizia / GTRES

Como mucho, la verán con este aspecto, con las uñas pintadas de un color pálido, de tono rosado, y para de contar. A pesar de que la gran mayoría a veces, lo máximo que se aplica a sus uñas es un esmalte transparente. ¿Qué dicen los expertos? En el diario El Mundo, por ejemplo, que "Nunca, o casi nunca, lleva las uñas pintadas. A veces, ni siquiera lleva un base o capa de brillo que las mantenga uniformes y luminosas. Las lleva cortas, muy cortas, detalle que se adapta a las corrientes de manicuras que suenan fuerte hoy".

Letizia / EFE.

Letizia sabe que a menudo, los focos están puestos en sus manos, por cómo las mueve, por los bolsos de mano y complementos que siempre lleva o por los espectaculares anillos que siempre lleva en sus dedos, como el emblemático de Karen Hallam. ¿Por qué, pues, no se pinta las uñas nunca o casi nunca de colores como el rojo, ella que suele vestir mucho con este color? Básicamente, porque no le sale del moño, pero hay quien se lo pregunta a menudo. Hay quien dice que durante muchos años se dijo que el motivo era que Letizia no lo hacía por cuestiones de protocolo, pero nada más lejos de la realidad. Marina Fernández, directora de Comunicación del Grupo Escuela Internacional de Procotolo deja claro que "No es cierto que el protocolo prohíba llevar las uñas de color; de hecho, en general, el protocolo no prohíbe nada y menos en cosas de maquillaje. En el día a día de las realezas británica y española no pasaría nada porque sus miembros apareciesen con las uñas pintadas, más que una curiosidad en temas de moda y belleza, pero hay que tener mucho cuidado cuando se viaja". ¿Y quién ha dado la verdadera clave de todo? La amiga íntima de la reina, la presentadora Sonsoles Ónega.

Letizia y Sonsoles Ónega

En una visita a 'El Hormiguero' dio respuesta a este misterio: Letizia nunca lleva las uñas pintadas porque no tiene tiempo de estar retocándoselas continuamente, "de ahí que prefiera lucirlas al natural: cortas, casi al ras, y sin rastro de antiestéticas cutículas".