"Cuando al pobre perro le echaron de la casa, debió internarse en los montes que rodean La Zarzuela. Posiblemente, moriría de frío o atacado por los jabalies u otras alimañas". Son palabras de Jaime Peñafiel. Cuándo habla del pobre perro se refiere a 'Puskin', el perro de Felipe. Cuando habla de alimañas no tenemos claro que no se refiera a Letizia. Porque la mujer del rey echó de Zarzuela a la bestia preferida del monarca, y vete a saber si con la decisión lo llevó a una muerte segura. Letizia detesta los animales, especialmente los perros, y ahora hemos asistido a una nueva demostración.
Esta foto que ven es una rara avis. O en este caso, una rara canis. Porque la reina huye de los perros con la misma velocidad como huye de ir a tomar un té con su suegra. Un odio visceral que choca con el amor que sienten por estos animales los miembros de su familia. Felipe ya se ha tenido que acostumbrar. Y ahora, a las que les ha tocado estar a escondidas con sus mascotas es a sus hijas.
No nos engañemos: nunca veremos a Letizia como el príncipe Carlos ni a Leonor como el príncipe Enrique. Y eso que potencialmente, podríamos ver una imagen como esta. Porque de perro, hay. Pero muy lejos y escondidito. En casa de los Borbones hay una perra labrador de color marrón que se llama Sara. Fue un regalo de los reyes a la princesa Leonor cuando hizo la comunión. Pero más bien parece que Leti no tuvo nada que ver porque no pasa mucho tiempo con la familia. Explica Jaleos que "Sara convive más con el personal de la casa que con su dueña, aunque ella y su hermana la adoran, al igual que el Rey". Pero las normas de Letizia, en este sentido, son muy estrictas: la mascota no puede entrar en casa. Prohibido. Tela. No hay cosa más bonita que un niño disfrutando y jugando con su perrito en la habitación. Y Letizia les ha quitado a las hijas esta posibilidad.
Hecha la ley, hecha la trampa. ¿Qué hacen las niñas? "Juegan mucho con ella en los enormes jardines de Zarzuela y no dudan en llevársela de paseo cada vez que salen a caminar con su padre por la sierra de Madrid". El historial de feos de Letizia hacia los animales es largo. El más lamentable, hace quince años, cuando, embarazada en un viaje a Ibiza, las autoridades le hicieron un regalo: un cachorro que se llamaba 'Valent'. Delante de cámaras, Letizia acarició al perrito. Después, Zarzuela informó a las autoridades baleares de que las perreras de palacio estaban llenas y que le buscaran otro propietario al animal. Lo mismo que pasó con dos mastines que la provincia de León regaló a los reyes por su boda. A saber dónde paran.
Letizia no quiere perros en casa... Perros de cuatro patas, se sobreentiende.