Ya sabemos que Letizia es mucha Letizia, que siempre hace lo que le sale de las narices y que no puede evitar que su fuerte carácter salga a la superficie a la mínima y haga lo que le sale del moño, pero a veces, se tendría que cortar un poco. La reina L'Oreal, porque yo lo valgo, no pierde la oportunidad de mostrarse como es, y ahora hemos tenido una nueva muestra después de escuchar una anécdota vivida por uno de los magos, ilusionistas, más famosos del país, y también del mundo, que lleva ya unos cuantos años forjándose una carrera espectacular encima de los escenarios. Hablamos del gran Jorge Blass.
Desde que el año 1996 David Copperfield actuó en España y solicitó una actuación suya para intercambiar ideas, el de Madrid no ha parado de ir hacia arriba como la espuma. Premios y más premios, actuaciones brutales en todo el planeta, talento descomunal que mezcla con un sentido del humor y una bondad que gira, Blass acaba de ser galardonado con el enésimo premio de su carrera, en los Estados Unidos, el premio Stage Magician Of The Year 2024, otorgado por la Academia de las Artes Mágicas de Hollywood, bautizado por muchos como el Oscar del mundo de la magia y el ilusionismo. Con motivo de este galardón tan especial, esta semana se ha celebrado un acontecimiento de traca en el Club Financiero Génova, donde charló con diferentes medios analizando su carrera y repasando algunos encuentros bien curiosos. Por ejemplo, la cena con la familia Grimaldi cuando tenía solo 19 años o la que tuvo con la reina Letizia.
Tal como destaca el Diez Minutos, Blass y la asturiana coincidieron en un acto de la Fundación Abracadabra, donde el mago le hizo un número a ella y a todo el séquito que la acompañaba. Le pidió a la reina que escogiera una palabra, y en aquel momento la mujer de Felipe, no fuera que se mostrara natural, escogió una palabra que ya demuestra lo intensitos que son en Zarzuela: "ella escogió 'responsabilidad'. Es una palabra difícil, pudiendo elegir 'perro', 'casa' o 'jardín", dijo diplomático Blass. El ilusionista le dio una caja ("al abrir la cajita, ella se convirtió en una niña pequeña") y dentro, un papelito con su palabra: "para pasmo de la reina, había acertado: ponía 'responsabilidad'". Lo que no es de recibo es lo que hizo después Letizia, muy sorprendida. En primero de Cómo actuar ante un mago te enseñan que lo que tienes que hacer es aplaudir, quedarte quietecito y no pasarte de listo... Ni tocar lo que no tienes que tocar. Lamentable Letizia, que "se sorprendió tanto que se puso muy curiosa e incluso se puso a buscar en mi manga por si tenía algo, saltándose un poco el protocolo"... Un poco no: un mucho. Es que no lo hacen ni niños de cinco años. No vale la excusa que como es periodista tiene este impulso de saber las cosas. Es un pacto implícito entre los magos y el público que ella se saltó a la torera. Suerte que Blass quitó hierro, educado: 'Fue divertido', agregó el mago".
Lo que sería divertido sería que algún día desapareciera una institución tan retrógrada como la monarquía como por arte de magia.