La reina Letizia no ha empezado con buen pie la actividad real de este mes de septiembre. Y nunca mejor dicho. Incluso algunos diarios que acostumbran a bailarle el agua han definido su presencia en diferentes actos con términos poco habituales tratándose de ella. "La reina se aburre. Y si no es así, es lo que parece. Y lo peor de todo, nos aburre a nosotros también. Esta semana ha sido para borrarla del calendario de nuestras vidas royals para siempre". Así dibujan en El español la presencia monárquica de Letizia en sendos actos esta semana. El martes, más vale olvidar el inapropiado look que llevaba. Y este jueves, "ya es para mudarse de palacio", dicen. No ha gustado su outfit. Tampoco en Sevilla, donde viajó con el rey Felipe para presidir diferentes reuniones e inaugurar la exposición 'El viaje más largo". Pero lo que fue largo y accidentado fue el besamanos improvisado que tuvo con algunos sevillanos y sevillanas a las puertas de los Reales Alcázares de Sevilla.

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Quinto centenario de la expedición de la primera vuelta al mundo de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. Letizia, rodeada de escoltas, se acerca a un grupo de fans congregados y separados por unas vallas de protección. La reina luce un "aburrido" vestido blanco roto de Pedro del Hierro que ya llevó en su encuentro con Awada en Buenos Aires. Baño de multitudes de la reina, como si fuera una actriz en la alfombra roja de los Oscar. Pero mientras saluda bajo gritos de "¡Viva!", tropieza cuando se encuentra ante una niña vestida de amarillo y suelta un real "Que me caigo". Casi se come la valla. Pero ya se sabe que a Leti no le gusta quedar en evidencia, ni que sea por un detalle que nos puede pasar a todos. Y lo primero que hace es buscar a un culpable. Y lo encuentra justo detrás, un escolta: "No me has avisado del escalón. Casi me mato. ¿Es que no has visto que ahí hay un escalón? ¿Eso es posible?":

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...hombre, Leti, decir "casi me mato" por una caidita de nada, parece un pelín exagerado. Pero suficiente para que la reina se quedara con un rictus de enojo que casi no prestaba atención a los piropos que le lanzaban los asistentes: "Eres fantástica, eres genial, eres única"... Sí, sí, que le pregunten al escolta. Porque el "¿Es eso posible?" de la reina ha sonado peor que cuando Vitto Corleone despedía a alguien en su despacho.