Un padre afiliado al PP y seguidor madridista, el jueves por la mañana, llevó a su hijo a la escuela. El presidente del gobierno era Mariano Rajoy y el entrenador del Madrid, Zidane. Por la noche, al recogerlo, todo había cambiado. Ni Rajoy, ni Zidane. Los últimos días España ha visto cómo se pasaba del gobierno azul del PP al rojo del PSOE de Pedro Sánchez en menos de lo que tarda Ciudadanos al decir alguna cosa sobre los independentistas.
Un cambio de política, y de color, que ha sorprendido a todo el mundo y del que se han hecho eco humoristas como Andreu Buenafuente en un brillante monólogo en Late Motiv.
Quien también ha pasado del color azul al rojo en menos de 24 horas ha sido la reina Letizia. Un cambio cromático que responde, de momento, a cuestiones puramente estilísticas. Cuando menos, con los cambios de look que le hemos visto en las últimas 24 horas. Ayer los monarcas recibían al presidente de Ucrania, Petro Poroshenko y su mujer Maryna Poroshenko, durante una recepción en el Palacio de La Zarzuela. Y lo hacía con una faldilla similar a la que lució en Haití, de la marca catalana Sweet Matitos. Debería pensar que una y no más, Santo Tomás. Repitió estilo, pero no fabricante catalán.
En la parte superior, la reina recibió a la pareja ucraniana con un top de color azul de manga corta y en los pies, unos zapatos de Magrit a juego con el top. Como complementos, unos pendientes de diamantes y aguamarinas que le regaló la firma Bulgari en el 2005, cuando nació la princesa Leonor. Un día después, Letizia ha cambiado el azul por el rojo para asistir a Bruselas a las Jornadas Europeas de Desarrollo. La ha recibido la reina consorte de Bélgica, Matilde. Y para la ocasión, la monarca española ha escogido un traje-pantalón y chaqueta de color rojo intenso, su color fetiche y que le hemos visto llevar en más de una ocasión.
Es de la colección de otoño-invierno 2017-2018 de Roberto Torretta y ya lo estrenó en Valladolid el pasado mes de marzo, antes de producirse el Letiziagate.
Los pantalones tienen un corte lateral y un acabado acampanado. Y también hoy ha repetido complemento: una cartera de Carolina Herrera con estampado de piel de serpiente. Sólo cambiaban los pendientes.
Vestida con su color paradigmático, la reina ha pronunciado un discurso sobre la desigualdad de género. Quizás algún asesor le ha recomendado que para hablar de las mujeres mejor lucir un rojo PSOE que no un azul PP. Sólo hay que recordar que el partido de Rajoy tildó la manifestación del 8 de marzo de "elitista e insolidaria". Letizia ha recordado el reciente viaje a la República Dominicana y Haití: "El mismo día en que caminaba por el barrio más pobre del continente americano, Cité Soleil, en Haití, una mujer era nombrada nueva presidenta de la Bolsa de Nueva York. A la misma hora en que el mayor mercado de capitales del planeta era liderado por primera vez por una mujer, Stacey Cunningham, otra mujer, Nadine, de 17 años, me decía en su mejor francés que su hijo de tres años no tenía qué comer".
Donde no la vieron, ni de azul, ni de rojo, ni de amarillo -¡válgame Dios!- ni con los colores del arco iris, fue en Mérida para ofrecerle al Barça Femenino la Copa de la Reina que le ganaron el sábado al Atlético de Madrid.