La reina Sofía nunca ha sido feliz. Ha defendido la institución y su labor como monarca antes que su felicidad. Es una persona tradicional, religiosa, familiar y solidaria, ingredientes que han hecho que se preocupase siempre más por los demás que por ella misma. La emérita estuvo enamorada de Harald de Noruega, sin embargo él solo la vio como una amiga. Su madre, la reina Federica, la obligó a casarse con Juan Carlos. No era su preferencia, pero obedeció a su progenitora. El emérito tampoco la quiso. Solo mantuvieron relaciones íntimas para engendrar. Buscaban al futuro heredero al trono, pero tardó en aparecer, las dos primeras fueron niñas, Elena y Cristina. Parecía que alguien les había echado un mal de ojo.

Tras unos años de matrimonio, Sofía, que sabía perfectamente que Juan Carlos no la amaba, descubrió las infidelidades del exmonarca de las que todo el mundo hablaba. Se sintió humillada y traicionada. A pesar de ello, lejos de divorciarse continuó con su matrimonio, por su familia y por el bien de la corona. Vivieron separados, pero a ojos de las cámaras estaba juntos y felices.

Reina Sofía con Irene y Constantino

Irene de Grecia, el máximo apoyo de la reina Sofía 

Por suerte, la reina Sofía siempre contó con uno de sus mayores apoyos, su hermana Irene de Grecia. La octogenaria vive en Zarzuela desde hace más de cuatro décadas. Vino por unos días y al final se quedó para siempre. Es la única soltera de la familia, nunca inició una relación, así que se apoyó en su hermana. Han vivido siempre juntas. De hecho, se construyó una vivienda solo para ella, pero finalmente Sofía se fue a vivir con ella y dejó solo a Juan Carlos en Zarzuela.

Irene de Grecia siempre ha estado al lado de su hermana en los peores momentos que han sido muchos. Siempre aparecía en un discreto segundo plano desenfocado. Su gran apoyo. Juntas hasta el final. Sin duda, la pérdida de Irene sería el peor golpe para Sofía. En alguna ocasión ha dicho a su círculo más íntimo que le gustaría morirse antes que ella porque no soportaría quedarse sola.

Irene de Grecia de joven

En ocasiones han dormido en la misma cama, Irene era el hombro en el que llorar. Normalmente duermen en la misma habituación pero en camas separadas, de matrimonio, aunque solas. Ellas residen en el recinto privado de El Pardo. Cuando Irene decidió irse a vivir a España con su hermana, no había una zona para ella. Se tuvo que adaptar. Se reformó la zona en la que se encontraban los vestuarios de la piscina. “Vine aquí cuando murió Franco para cinco días y ya llevo 40 años”, bromeó.

Irene de Grecia se despierta muy temprano, cuando todavía no ha salido el sol. Le gusta caminar por los inmensos jardines de Zarzuela. Después realiza sus ejercicios de meditación. Se ducha, se viste y acude al comedor con Sofía a desayunar. Ella es vegana. Comparten comedor y salón.