En medio de toda la tormenta que está descargando sobre la Corona, sólo un náufrago parece atado al tronco de una palmera, impertérrito: la emérita. Sofía está haciéndose la griega que no se entera de nada pero la prensa especializada no está dispuesta a pasarle ni una. Pilar Eyre está un poco harta de que santa Sofía pase siempre como la buena y la ha destripado en su blog de Lecturas. El resumen es que Sofía lo ha sabido siempre y no se divorciaba porque perdería la condición de reina consorte. Cuernos tapados con corona.
Define Eyre con una palabra qué siente Sofía por su todavía marido: "Indiferencia", pero maquinando una sutil venganza contra todas las amantes de Juan Carlos, con un objetivo especial: el hijo de Corinna, Alexander: "Sofía maniobró para que el hijo de Corinna no fuera admitido en un buen colegio en Inglaterra y que las familias aristócratas inglesas le hicieran el vacío. Alexander, que no es hijo del rey -ya que nació dos años antes de conocerlo- sino del príncipe Casimir zu Sayn-Wittgenstein, tuvo que ir al final a un prestigioso internado suizo". Eyre no sospecha que Corinna y Juan Carlos tuvieran relaciones sexuales antes de lo que se dice.
Si el niño parece el hermano pequeño de Felipde será casual (o no) pero Eyre descarta que sea hijo de Juan Carlos aunque le llamara "papá". La cronista catalana, la que más sabe de Juan Carlos, señala a Sofía por hacerse la loca pero hacer y deshacer contra sus rivales: "A dos catalanas no las invitó nunca a las recepciones en el Palacete Albéniz, aunque ambas poseían título. A otra señora de la nobleza alemana la humilló de todas las formas posibles, negándole incluso un amarre en el Club Náutico de Palma. A Marta Gayá intentó que la sociedad mallorquina la marginase. Por cierta presentadora de televisión (se refiere a Anne Igartiburu) preguntó a otra cono la que tenía más confianza (se refiere a Terelu Campos)".
Acaba Eyre con un maravilloso juego de nombres y acertijos. Tres famosas a quienes los rumores han relacionado con Juan Carlos: "A veces eran simples sospechas. A Isabel Preysler, Tita Cervera, Marta Chávarri, siempre las saludaba con frialdad". Y cuatro posibles amantes de la reina por despecho: "Un arquitecto, una personalidad política ya fallecida, un apuesto caballero portugués con el que se vería en Londres, el escritor J.J. Benítez que le escribía poemas. Todos, rumores infundados". Grandiosa Pilar Eyre: apunta pero no dispara del todo. Continuará.