La reina Sofía cada vez más alejada de La Zarzuela. Ya no pinta nada en Casa Real, las humillaciones son constantes. Ahora mismo está dolida por no haberle dejado asistir a la boda de su nieta. Desde que Letizia cogió las riendas de la corona ha querido desvincularse completamente de la imagen de los eméritos. Ha cambiado todas las reglas impuestas por la exmonarca. El cambio más importante se vivió en la cocina. La comida es una de las máximas preocupaciones y ocupaciones de Letizia en palacio.
Letizia apuesta por una alimentación saludable. Como bien recuerda Duerto, "apenas les hemos visto en la intimidad familiar, tan solo el famoso vídeo donde se les ve en el comedor de su casa, sentados los cuatro almorzando una especie de sopa de acelgas y ese es precisamente uno de los alimentos que ha introducido en los menús de Zarzuela, las verduras".
"En cuanto Letizia se instaló en la residencia en la que vivía el príncipe dentro del complejo de La Zarzuela y que hoy es la vivienda de la familia Borbón-Ortiz, introdujo poco a poco cambios", asegura Duerto. "Aumentó el consumo de ensaladas, verduras y legumbres, redujo la carne y, por ejemplo, suprimió el azúcar. A la dieta se sumaron los llamados superalimentos, la chía, la sémola o la quinoa. Los productos de cultivo ecológico son prioritarios y los de proximidad también. En el recinto cuentan con una huerta de la que se suministra a la cocina con productos de temporada", sentencia Duerto sobre la influencia de la reina en la cocina de Zarzuela.
Letizia cambió de proveedor cuando se convirtió en reina
Letizia cambió de proveedores para la fruta. La reina Sofía se mantenía fiel a ‘Frutas Vázquez’, la frutería que sirvió a los reyes durante cuatro décadas. Incluso la reina Federica compraba en alguna ocasión en la tienda. Y muchos otros famosos, como Paula Echevarría, María Zurita, Tamara Falcó, entre otros. Escogen el mejor producto y por ello sus precios son más elevados.
Frutas Vázquez guarda una buena relación con Casa Real aunque Letizia decidiese cambiar de proveedores. No obstante, revelan que en más de una ocasión la reina les ha visitado de incógnito. Iba tan tapada que ni la reconocían. “Vino tan tapada que no la reconocí”, dice su dueño. Para su boda, la frutería les obsequió con una trufa valorada en 4.500 euros.