La reina Sofía se casó con Juan Carlos por obligación, realmente estaba enamorada de Harald de Noruega, pero él no. La emérita sabía muy bien cuál iba a ser su función y no se salió ni un milímetro de lo que se esperaba de ella. Antes de madre y abuela siempre ha sido reina por encima de todas las cosas. La hermana de Irene ha sido una mujer solitaria, siempre se ha sentido humillada por su marido, y aún así no le guarda rencor. El padre de Felipe le agradece todo lo que ha hecho por la familia y todo lo que ha callado.
Sofía cuido de la madre de Juan Carlos. Según Pilar Eyre, María de las Mercedes de Borbón y Orleans “era una mujer valiente, moderna, muy estricta en el protocolo y una reina de los pies a la cabeza, aunque no llegara a serlo, pero sobre todo era bondadosa”.
María de las Mercedes pudo haber sido reina, pero no sucedió. Según la periodista hubiese sido una excelente monarca porque tenía sentido de la dignidad y la dinastía. Sin embargo, le concedieron los honores a su hijo, Juan Carlos I.
La reina Sofía cuidó de María de las Mercedes
La madre del emérito es una mujer que ha cargado con un gran sufrimiento desde que perdió a su hijo Alfonso a manos de su otro hijo Juan Carlos, un disparo en el cuarto de juegos acabó con su vida. Un episodio que nunca logró superar y volvió su vida oscura. Entró en una profunda depresión. “Cuando escribes sobre su vida te das cuenta de que tuvo momentos difíciles”, comenta Eyre en referencia a la abuela de Felipe. “Me emocionó y me costó muchísimo escribir ese capítulo”, reconoce la autora, que asegura: “En aquel momento se hundió”. Fue en ese momento cuando la mujer de Juan de Borbón se refugió en el alcohol. Un episodio que siempre intentaron ocultar. “Pensé pasar por alto esos pasajes, pero decidí finalmente que para eso se hace una biografía”, asegura Eyre.
Se hizo todo lo posible para que superase esa adicción. “Estaba prohibido comprar alcohol en Villa Giralda (…) Pero al final era inevitable. Se descubrió: las botellas entraban camufladas dentro de los libros”. Los asesores de Don Juan le ayudarán a superar este obstáculo. “Se oyeron voces: Este problema hay que atajarlo. No es vicio sino enfermedad”, recoge el libro en sus páginas. El doctor López Ibor, uno de los consejeros, le recomendó ingresarla de inmediata.
“Casi no he logrado conocer más detalles. Y no porque la situación fuera un secreto, pero los que la vivieron se cierran en banda, en un pacto de silencio hermético e inexpugnable. Nadie ha hablado. Fueron unos meses, años incluso, que quizá todos prefirieron olvidar”, aseguró Pilar Eyre. A pesar de las dificultades, la reina Sofía no se separó de su lado en ningún momento.