Después de la aparición estelar de la reina Sofía en Málaga, esta ha acabado de cumplir su cargo religioso con el pueblo. Ha aparecido en la capital madrileña para celebrar el Viernes Santo y presenciar la procesión de El Cristo de los Alabarderos. Una fecha señalada en el calendario de los Borbones, pero que, hacía casi tres años que no habían asistido. Y no os creáis que han aparecido todos los miembros como una familia feliz, esta imagen ya forma parte del pasado. Cuándo menos, ¿cómo se tiene que sostener una casa real con un rey emérito en Abu Dhabi después de casi cuatro años? Su apellido nos da vergüenza, sin embargo, en un intento de complacer los cuatro fanáticos de la monarquía, la España y la Legión, ayer a la reina Sofía, junto con su hermana Irene y la infanta Cristina, hacían acto de presencia en las puertas del Palacio Real de Madrid.
Esperando en la Puerta del Príncipe la Procesión de los Alabarderos, hemos visto a la reina Sofía, junto a su hija Cristina. A ver si el tiempo lo permite 🙏🙏🙏 pic.twitter.com/nw9BYhZSXK
— Patty Pat �������� (@PattyPa11175249) March 29, 2024
Las tres royals llegaban unos minutos antes que arrancase el paso, se dirigían a la capilla donde la emérita quería saludar a los cofrades, entre los elogios del público que esperaba su presencia con ansia. Con ganas, pero también con las ideas claras, y es que, dentro de este fanatismo, hay quienes tienen claro su posicionamiento entre las dos reinas. Los nombres de Sofía y Leticia no van muy juntos de la mano en el mundo de los royal, y el público o tiene claro. Entre los gritos de los monárquicos se escuchaban los clásicos (tan tradicionales como ellos y el escenario) "¡Viva España! ¡Viva la Reina Sofía, Nuestra Única Reina"! No podía haber dedicatoria más especial para alabar la ausencia de la reina Letizia. Nadie ha echado de menos ni en Felipe ni en Letizia, digamos que su presencia ya se empieza a tambalear, ver una farsa matrimonial siempre hace sentir incómodo.
Dentro de la capilla, la reina Sofía, protagonista indiscutible del acto, junto con la infanta Cristina y Tía Pecu protagonizaban el besamanos que le otorgaría la medalla de honor de la celebración. Justo al acabar todo el ritual de celebraciones, la Hermandad anunciaba públicamente que, su visita, no se merecía menos que ser nombrada la miembro de honor de la congregación. La infanta Cristina le colocaba, como podía, y sin perder de vista la estabilidad de la Tía Pecu la medalla de la cofradía de los Alabarderos. Pero después de toda la parafernalia religiosa, entre los asistentes, las tres royals se encontraban en la única figura real que no ha faltado en los acontecimientos religiosos de la semana: Simoneta Gómez-Acebo, la hija de Pilar de Borbón y la hermana de Fernández Gómez-Acebo, el primo fallecido de Felipe, a los 49 años. Reaparecía públicamente después del último despido a su hermano y, donde además, se reencontraba con la emérita, la cual no estuvo presente en el entierro íntimo del sobrino de Juan Carlos. Porque sí, aunque haga una pila de meses que no se vean, todavía son marido y mujer.
Simoneta Gómez-Acebo se refugiaba en la fe tras una de las etapas más complicadas por su familia. La muerte de su hermano llegaba por sorpresa, y su despido todavía cuesta de digerir. Según informaba en primicia el medio digital Vanitatis, la hija de Pilar de Borbón habría hecho un viaje místico en la India para desconectar y reflexionar ante esta pérdida. Un momento que nos ha hecho revivir, por momentos, la humanidad de los miembros de la Casa Real. Justo después de este gesto, arrancaba la Estación de Penitencia y el paseo por algunos rincones de la capital, como la Plaza de la Villa, la Puerta del Sol y la Plaza Major de Madrid. Pero en todo el acontecimiento, resaltaba la ausencia de una de las figuras más importantes de la fecha, la infanta Elena. Quién teóricamente es la responsable honorífica de la tradición, pero con toda la familia enredada y rota en mil añicos, ella ya hace años que decidió coger la costumbre de viajar hasta Abu Dhabi para ver a su padre y, ahora también a su hijo Froilán.
Un Viernes Santo más royal que nunca. La reina Sofía, la infanta Cristina y no nos olvidamos de Tía Pecu, han sido las encargadas de cumplir con el poco público que todavía elogia a la familia real.