La reina Sofía ha vivido dos años muy complicados. En este tiempo ha sufrido varias pérdidas que han condicionado su vida. A principios del año pasado se despedía de su hermano Constantino de Grecia, una muerte que le cogió sin esperarlo. Unos meses más tarde se destapó uno de los mayores secretos de Zarzuela. La familia quería llevar la enfermedad de Irene de Grecia en la más estricta intimidad. La hermana de la emérita padece Alzheimer y ya prácticamente no recordaría a nadie, ni tan siquiera a su propia hermana con la que tanto tiempo ha compartido. También ha tenido que despedirse de dos sobrinos de Juan Carlos I, o incluso de su peluquero de hace más de cuatro décadas.

La exmonarca nunca había estado tan triste, y una sola noticia buena en todo este tiempo. Para colmo, su familia está totalmente rota. Ella tiene la ilusión de ver a todos juntos una vez, pero es imposible. Todavía no ha conseguido reunir a sus ocho nietos, mientras que Juan Carlos I ya ha tenido la oportunidad de reunirse de forma privada con Leonor. Y esa es otra, recientemente ha vuelto a recibir una humillación al hacerse públicas las imágenes que corroboran las infidelidades del emérito a la exmonarca de las que siempre se han hablado.

reina Sofía
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La reina Sofía no remonta, preocupación por Irene 

Felipe VI está muy preocupado por el estado de salud de la reina Sofía. Esta semana le ha puesto hasta tres compromisos institucionales para zanjar todo tipo de rumores y habladurías sobre la humillación de Juan Carlos con la publicación de las fotografías. Demuestra que la emérita no se esconde, pero la matriarca de los Borbón ya no está para muchos movimientos. Este lunes volvió a preocupar por sus problemas de movilidad y su desorientación.

La reina Sofía solo tiene la cabeza en una persona, Irene de Grecia y por su hermana se estaría planteando la posibilidad de marcharse a Grecia. Casa Real ha aumentado los empleados que se encargan de ella y el personal sanitario. Fuentes cercanas aseguran a ‘Esdiario’ que la enfermedad de la princesa Irene avanza a pasos agigantados y que su salud cada vez es más preocupantes. La emérita no soportaría ver morir a otra hermana.

La última vez que se pudo ver a Irene andando por su propio pie fue el año pasado, en el funeral de Gómez-Acebo. Este verano apareció por primera vez con la mirada perdida y en silla de ruedas, muy demacrada. También se la llevaron a la boda de Teodora y los comentarios no cesaron, parecía que ya no estaba entre ellos.

La reina Sofía está dispuesta a abandonar la corona y retirarse para cuidar de Irene en sus últimos días, meses o años.

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