Felipe VI renunció a la herencia de Juan Carlos cuando éste saltó al foco mediático por sus fechorías y estuvo a un paso de echar por tierra la corona española. Los reyes empezaron una nueva era alejada de los Borbón. No solo se vieron en la obligación de retirar las funciones a todos los miembros de la familia, así como su sueldo de los Presupuestos Generales del Estado, sino también a renunciar a todo el dinero del emérito.
Lo anunció en un comunicado justo en el momento en el que se empezaba a relacionar a Felipe como beneficiario de las fundaciones Zagatka y Lucum, esta última investigada por la Fiscalía Anticorrupción por recibir supuestamente 100 millones de dólares de Arabia Saudí. El comunicado recuerda que, en su discurso de proclamación ante las Cortes Generales en 2014, Felipe VI ya subrayó que “la Corona debe [...] preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente”. En consonancia con estos principios, agrega, el Rey quiere “que sea conocido públicamente”, que ha comunicado a su padre “su decisión de renunciar a la herencia que personalmente le pudiera corresponder, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona”.
Juan Carlos cuenta con una herencia de dos mil millones de euros que se repartirán entre las infantas Elena y Cristina. Sin embargo, la herencia de la reina Sofía deberá dividirse entre tres. Felipe VI no ha renunciado al patrimonio de su madre. La emérita dejará miles de millones de euros en joyas exclusivas y muy lujosas. Algunas ya las ha utilizado la reina Letizia en sus apariciones. Todas ellas se repartirán entre sus tres hijos sin distinción. Recibirán el mismo valor económico.
La reina Sofía ha redactado su testamento ante notario
La reina Sofía tiene 85 años y estaría muy preocupada con su futuro. Tiene todo atado. “Se comenta que podría repartirlo entre sus tres hijos o incluso podría pasar directamente a la Princesa Leonor”. Milstein, por su parte, afirma: “Yo las integraría en las joyas de pasar”. Será la emérita quien tenga la última palabra, ya que muchas de estas joyas no solo tienen un valor incalculable, sino que son de un significado personal.
A pesar de la mala relación de la reina Sofía y Letizia, la monarca recibiría la mayoría de las joyas más valiosas de la emérita, pero no porque ella haya decidido entregárselas, sino porque recaerán en Felipe como rey, ya que lo normal es que pasen de reina a reina, igual que un día serán de la princesa Leonor.