Los reyes nunca lloran en público. De hecho, Zarzuela tiene prohibido que se les fotografíe mientras comen, o bostezan, o estornudan, o hacen una mueca... Cuesta mucho encontrar fotos de la Casa Real con estas reacciones tan humanas. Y lo que nunca hacen bajo ningún concepto es llorar. En alguna ocasión hemos visto a los monarcas soltando alguna lágrima en los funerales por la muerte de un familiar. La foto más icónica de Letizia es en el funeral de su hermana Erika, que se quitó la vida en el piso de soltera de Letizia dejando una niña de 6 años. Eso jamás se supera. O Juan Carlos lloró al funeral de su padre, el conde de Barcelona. Este viernes ha llegado un momento temido por Zarzuela: la reina Sofía se ha desmoronado presidiendo un acto oficial. Se ha echado a llorar:
Hay muchas razones que explican esta escena inédita en la Corona española. La más evidente es que la emérita cumplirá 85 años el próximo jueves y ya no está para presidir demasiados actos. Tal vez sabe que será de los últimos ya que Zarzuela le ha pedido que vaya retirándose. La causa inmediata de la pena era un drama que tenía en el mismo acto, el nombramiento de Emilio Lora-Tamayo como rector vitalicio de la Universidad Camilo José Cela. El catedrático había mantenido relación de amistad con la reina cuando era presidente del CSIC y ahora con solo 72 años sufre una enfermedad degenerativa que lo tiene en un estado de salud muy delicado. Sofía no ha podido evitar emocionarse al verlo. Y recuerda que su hermana Irene, que vive con Sofía en Zarzuela, ha sido diagnosticada de Alzheimer. La enfermedad de Irene se acelera.
Ver la enfermedad degenerativa en un estado tan avanzado ha golpeado a la reina Sofía, que no está pasando por su mejor momento vital. A sus 85 años no le quedan demasiadas ceremonias reales a las cuales podrá asistir. Si Leonor no se apresura quizás la abuela paterna no llegará a ver la boda de la princesa, pero resulta que la ceremonia del juramento de la Constitución de Leonor tampoco la podrá ver. Zarzuela ha tenido que apartar a Sofía del acto solemne del Congreso de los Diputados del martes porque ha vetado el acceso de Juan Carlos. No estaría bien visto que fuera la reina consorte, Sofía, si no puede ir el rey emérito, que pasará por Madrid para la fiesta privada de Leonor como si fuera Madonna. Llegar, tocar y marcharse. Según El País "Juan Carlos tiene programado aterrizar desde Abu Dabi sobre las tres de la tarde y volver alrededor de las diez de la noche".
Sofía llora porque sabe que ya no le quedan demasiadas fiestas, sufre porque Zarzuela la arrincone, sufre por su hermana Irene enferma y por su propia salud. Quiere conservarse lúcida hasta el final. El jueves Sofía cumple 85 años y por ley de vida solo tiene asegurada la asistencia a una ceremonia real más: el funeral de su marido.