De palabra tabú a una que resuena por todas las paredes de la casa. Esto pasa con los divorcios y la Casa Real española: Juan Carlos y Sofía lo han evitado a pesar de la mentira de su matrimonio, pero las hijas infantas, en primer lugar, y posiblemente su hijo rey en un futuro no muy lejano sí que han cruzado la línea. Felipe y Letizia insisten en la proyección de la ilusión de pareja feliz y duradera por el bien de la Corona y la supervivencia de la institución, pero el escándalo Jaime del Burgo sigue erosionando la confianza, la reputación y la paciencia. En algún momento tendrán que tomar decisiones. Y mientras tanto, el jaleo, la tensión y las señales que llegan del exterior.
Por ejemplo, una nueva disolución de un matrimonio royal que toca de cerca a la reina Sofía. La emérita asistió a la boda en el año 2016 en representación de la Casa Real española. Aunque la amistad y el nexo llega más bien por la rama griega: hablamos de Leka II, príncipe sin trono de Albania. La proximidad y las circunstancias particulares de las monarquías helenas y albanesas, ambas abolidas, son indiscutibles. Y por eso Sofía estuvo en Tirana. Era el hijo del difunto Leka I, quién pasó temporadas acogido por los royals griegos en Atenas. Años después también viviría en España, de donde fue expulsado por esconder un arsenal militar en casa para recuperar el trono de su país. Sin embargo, las relaciones no se han roto del todo, ni mucho menos. Pues bien, su descendiente, de nombre completo Leka Anwar Zog Reza Baudouin Msiziwe Zogu y nacido en 1982, funcionario del ministerio del Interior, se acaba de separar. Y no será un divorcio amistoso.
El príncipe heredero de la nada se casó hace 8 años con una actriz muy popular en el país, Elia Zaharia. La luna de miel fue en Mallorca. Tienen una niña de tres años, Geraldine, la futura princesa. Todo parecía fantástico de la vida, pero la cuenta oficial de la "Casa Real" albanesa ha soltado la bomba: Leka II anunciaba que el matrimonio quedaba muerto. "Os informo oficialmente que el príncipe Leka y Elia Zaharia han acordado poner fin a su matrimonio. Han visto la manera de resolverlo de mutuo acuerdo iniciando los procedimientos legales necesarios". Es oficial, vaya. El royal añadía que "a pesar de la confianza en la institución de la familia, el bienestar espiritual y físico de la niña permanecerá en el centro de su atención, dedicada a garantizar una vida feliz y segura para Geraldina". Parecía una declaración pactada, pero no. El huevo kinder todavía traía más sorpresas.
Elia también ofrecía su propio comunicado, su visión de las cosas. Un punto de fricción como punto de partida, un claro indicio de guerra inminente. "Hoy hemos empezado los trámites legales para la liquidación del matrimonio, hemos decidido conjuntamente solicitar el divorcio. ¡Esta no es en absoluto una realidad que se me haga feliz, porque creo en los valores familiares como lo más preciado! Nunca habría escogido que mi hija creciera con padres separados, pero a veces la separación es la única opción. Lo más importante es que mi niña viva este momento con facilidad". Tiene un vete-a-saber-qué turbio imposible de esconder. Y que poco tiempo después, explica 'Vanitatis', la actriz borrara la publicación, tampoco ayuda a suavizarlo. Intrigas íntimas royals. El material que nos encanta, y que hace temblar a Zarzuela.