La reina Sofía es una mujer muy exigente, consigo misma y con los demás. Desde que se proclamó reina de España se ha dedicado íntegramente a su labor. Siempre volcada en la institución, le ha dado más importancia que a su rol de madre y de mujer. A ella le gustaría morirse con la corona puesta. De hecho, si no hubiese sido por las fechorías de Juan Carlos, tal vez todavía continuaría en el trono. Sin embargo, a pesar de ello, por su papel de víctima, Felipe ha querido mantenerla en la institución como emérita. Se encarga de realizar algunos actos solidarios y religiosos, aquellos que se solapan en la agenda.

La hermana de Irene de Grecia todavía vive en Zarzuela, en el palacio principal, a un kilómetro distancia de la residencia de Felipe y Letizia, el pabellón del Príncipe. La reina Sofía obliga a que se siga una jerarquía, y aunque su nuera es la actual reina, ella le hace ver que es más importante y le tiene que hacer la reverencia, tanto ella como el resto de la familia, así como invitados y empleados. Letizia ha cambiado radicalmente todas las normas que estableció su suegra, pero ella las desobedece al completo. En el palacio de Zarzuela manda ella.

Reina Sofía y la infanta Irene GTRES

La reina Sofía es muy exigente con los empleados, están hartos de ella 

Los empleados de Zarzuela saben que Sofía y Letizia no tienen una buena relación, no obstante son más parecidas de lo que ellas se piensan, por lo menos en el carácter. Y es que ambas se han vuelto dos mujeres soberbias. Se creen por encima del resto, y aunque tienen servicio no les tratan de buenas formas. Algunos trabajadores de palacio se quejan de las actitudes de las reinas, muy reprochables. Un trato inmerecido. Por eso algunos acaban yéndose, y no pueden decir nada de lo que sucedía entre aquellas paredes. Firman un contrato millonario de confidencialidad.

La reina Sofía es muy exigente con todos los empleados, quiere que todo este perfecto. No permite ni un solo error, ni una falta de respeto. Si alguien se salta una sola norma es despedido inmediatamente. Recientemente, la emérita ha despedido a una de las empleadas favoritas de Juan Carlos. Abusaba de la confianza de ambos porque era una de las más longevas en palacio. Llegaba muchas veces tarde y faltaba por cualquier asunto. Su decisión ha sido irrevocable. 14 años al servicio que ponen punto y final. "La reina no se deja aconsejar y nunca protesta. Pero es inflexible con el servicio, si ve que una prenda no está bien planchada, no dice nada, se limita a tirarla al suelo”, explica Pilar Eyre en su blog de la revista Lecturas.

Medalla d'Or Reina Sofia EFE