La reina Sofía mantuvo relación con Iñaki Urdangarin una vez fue procesado e ingresó en prisión. Iba a verlo varias veces al mes, la mayoría de veces acompañado de la reina Sofía. La relación entre ambos era muy buena. Fue su yerno favorito, aunque esto le causó problemas con Felipe, ya que la corona debía desvincularse al máximo de la figura del exduque de Palma y ella era la única que figuraba en los Presupuestos Generales del Estado y mantenía su función en la institución.
A día de hoy la relación es más tensa porque la reina Sofía no soporta que hagan daño a sus hijos. En más de una ocasión pasó varios días en Ginebra para apoyar a Cristina, una de estas veces sucedió cuando se publicó en varios medios de comunicación las fotografías de Iñaki con Ainhoa Armentia en la playa de Biarritz que confirmaban la infidelidad a la infanta. La hija de Juan Carlos estaba destrozada. Ella apostó por la relación y apoyaba plenamente al padre de sus hijos, pero éste se cansó de la corona.
Sofía cree que Iñaki Urdangarin, quien se quiere desvincular de la corona completamente pero aprovechándose de ella, ha sobrepasado todos los límites. El exjugador de balonmano no se quiere divorciar con las manos vacías ni con la cantidad que firmaron en las capitulaciones matrimoniales ya que la situación no es la misma en la actualidad. El exduque pide 25.000 euros mensuales de por vida, dos millones de euros en concepto de indemnización, varias propiedades de la costa francesa, mantener los escoltas y financiar todos los viajes relacionados con sus hijos. Vivir a cuerpo de rey.
La reina Sofía intenta frenar a Iñaki Urdangarin
Sin embargo, la infanta Cristina no está dispuesta humillarse de nuevo, aunque sería Juan Carlos quién financiase este desembolso económico. La hija del emérito no lo piensa permitir, por ello a finales de julio, un año y medio después de la separación, no han firmado el acuerdo de divorcio.
La reina Sofía ha intervenido entre ellos y ha pedido por favor a Iñaki Urdangarin que cese en su intento de dañar la corona y a sus hijos porque es totalmente inmerecido. No obstante, el exduque culpa a Juan Carlos y al resto de todos sus males, cree que su ingreso en prisión se podría haber evitado como se evitó el de la infanta Cristina, sin embargo, debían demostrar que la justicia era igual para todos.
La infanta Cristina y Felipe lo están pasando realmente mal con esta batalla sin fin. Una por amor y el otro por la corona. Iñaki no tiene ningún sentimiento hacia ellos en la actualidad y no piensa dar su brazo a torcer, sabe que cada vez está más cerca de conseguir su propósito, siempre y cuando no aparezca algo que trunque sus planes.