La fortuna del rey emérito Juan Carlos I siempre ha sido un tema rodeado de misterio y especulación. Aunque es difícil determinar con exactitud cuánto dinero posee, diversas investigaciones, como las realizadas por el New York Times, han estimado que el patrimonio del ex monarca asciende a unos 1.800 millones de euros. Esta cifra incluye, entre otros factores, la herencia de su padre, Juan de Borbón, y los regalos recibidos durante su reinado, que Juan Carlos habría vendido en beneficio propio.
Parte de esta fortuna ya ha comenzado a ser distribuida estratégicamente. El rey emérito, según publicó El Confidencial, ha creado una fundación en Abu Dabi junto a sus hijas, las infantas Elena y Cristina, con el objetivo de transferirles su herencia de manera eficiente y, sobre todo, discreta. Esta fundación, establecida en los Emiratos Árabes Unidos, se beneficia de las ventajas fiscales y del secreto que ofrece la legislación local, lo que asegura que la fortuna del ex monarca pase a sus herederas sin la intervención del fisco español ni la obligación de pagar impuestos.
La reina Sofía también tiene derecho a recibir parte de la herencia de Juan Carlos I
Tanto Elena como Cristina figuran en el patronato de la fundación, lo que les permite controlar directamente los fondos. Este movimiento es especialmente relevante para la infanta Elena, cuyo domicilio fiscal se encuentra en España, lo que complicaba la recepción de la herencia sin generar un escándalo tributario. Sin embargo, con la creación de esta fundación, Elena puede acceder a su parte de la fortuna sin problemas fiscales.
Pero Elena y Cristina no son las únicas beneficiarias de este entramado financiero. La reina Sofía, a pesar de las infidelidades y escándalos que han rodeado a su esposo durante décadas, también figura como una posible heredera de la fortuna de Juan Carlos I. Aunque se ha especulado durante años con la posibilidad de un divorcio, la pareja ha permanecido unida, y una de las principales razones podría ser el acceso de Sofía a las cuentas y bienes de su esposo. De hecho, al no haberse separado, Sofía tendría derecho a recibir una parte significativa de la herencia cuando el rey emérito fallezca.
Felipe, Leonor y Sofía, al margen
La relación entre Juan Carlos y Sofía no ha sido fácil. En una ocasión, tras descubrir una infidelidad, Sofía decidió irse a Grecia con sus hijos. Sin embargo, su madre le aconsejó que volviera y soportara las humillaciones para no quedarse "con una mano delante y otra detrás". Desde entonces, la reina Sofía ha permanecido al lado de Juan Carlos I, y ahora parece que esa lealtad podría traducirse en una recompensa económica.
Quienes no se beneficiarán de esta fortuna, al menos de manera directa, son el rey Felipe VI y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Felipe VI renunció públicamente a la herencia de su padre tras los escándalos sobre la fortuna oculta de Juan Carlos, y desde entonces ha mantenido distancia con respecto a los asuntos financieros de su progenitor.