A sus 86 años, la reina Sofía se encuentra ante una de las decisiones más delicadas de su existencia. Durante décadas, su vida ha estado marcada por la lealtad inquebrantable a la monarquía, un papel que ha protagonizado con compromiso absoluto. Sin embargo, en los últimos tiempos, una nueva prioridad ha comenzado a ocupar su mente: su familia más cercana. En especial, su hermana Irene de Grecia, cuyo estado de salud se ha deteriorado significativamente, convirtiéndose en una preocupación constante para la emérita.

Desde que su marido, el rey Juan Carlos I, abdicó en favor de su hijo Felipe VI, Sofía ha mantenido su presencia en la vida pública, participando en actos oficiales y aportando la imagen de estabilidad que la familia real necesita. Pero ahora, el bienestar de Irene la ha llevado a polantear algo impensable hasta hace poco: abandonar España y mudarse a Grecia para estar al lado de su hermana en estos momentos difíciles.

irene de grecia y sofia gtres 11 958x630

La reina Sofía, entre la monarquía y su  hermana Irene

Este posible cambio de rumbo no es una decisión menor. Para Sofía, su título de reina emérita no es un simple reconocimiento, sino parte fundamental de su identidad. Su vínculo con la monarquía española ha sido firme desde que se casó con Juan Carlos, y renunciar a su papel sería como dejar atrás una parte de sí misma. Pero el amor por su hermana es igual de fuerte, y la idea de verla deteriorarse sin poder acompañarla le resulta insoportable.

En este sentido, Irene ya le ha manifestado a Sofía en el pasado sus deseos de pasar sus últimos días en su tierra natal. Y la emérita siente que debe cumplir con su voluntad, pero le frena el hecho de que ello significará alejarse de la corona y de su hijo. Y probablemente, sea para siempre.

Felipe VI quiere que se quede en España

En Zarzuela, el debate sobre esta posibilidad ya ha generado preocupación. Felipe VI entiende la situación personal de su madre, pero al mismo tiempo considera que su presencia sigue siendo crucial para la estabilidad de la corona. La reina Sofía no solo es una figura respetada, sino que también representa el nexo entre el pasado y el futuro de la monarquía. A pesar de su avanzada edad, Sofía ha insistido en mantener su agenda activa, resistiéndose a la idea de un retiro definitivo.

felipe besa a la reina sofia

Sin embargo, la realidad es que sus compromisos han disminuido y su papel dentro de la familia real ha quedado en un segundo plano. Su vínculo con Grecia sigue siendo profundo, y la posibilidad de regresar a sus raíces para acompañar a Irene es cada vez más fuerte.

El dilema es claro: quedarse en España, aferrándose a su título y a la monarquía, o partir hacia Grecia para estar con su hermana en sus últimos años. Ambas opciones conllevan un sacrificio enorme, y Sofía sabe que cualquier decisión que tome tendrá consecuencias. La cuenta atrás ha comenzado y la reina emérita no puede demorar mucho más el momento de elegir.