Irene de Grecia, la hermana de la reina emérita Sofía, ha sido un pilar fundamental en la vida de la familia real durante casi cinco décadas. Sin embargo, ahora, enfrenta el desafío del Alzheimer, una batalla que ha llevado a la reina Letizia a proponer medidas que no han sido bien recibidas por la matriarca de la familia.
Cuando Irene llegó a España al inicio del reinado de su hermana Sofía, su visita temporal se transformó en una estancia prolongada. Con el tiempo, se le habilitó una parte especial de la casa real solo para ella, donde ahora también reside la reina Sofía. Las dos hermanas, inseparables, han compartido apoyo mutuo en los momentos más complicados de sus vidas. Irene no solo ha sido un apoyo invaluable para la emérita, sino también una figura maternal para los hijos de Sofía: Felipe, Cristina y Elena.
El estado de Irene de Grecia preocupa en la casa real
Sin embargo, la salud de Irene ha dado un giro preocupante en los últimos meses. Recientemente supimos que la tía de Felipe VI, Cristina y Elena padece Alzheimer en un estado avanzado. La enfermedad ha borrado gran parte de sus recuerdos, sumiéndola en un presente que se desvanece rápidamente.
Ante esta situación, la reina Letizia, conocida por su sensibilidad hacia los problemas de salud mental, ha tomado medidas para garantizar el bienestar de Irene. Se ha asignado un médico a tiempo completo y personal especializado las 24 horas del día. Se busca evitar que salga del recinto de Zarzuela y se mantiene bajo una constante vigilancia para protegerla de situaciones estresantes que podrían agravar su estado.
Sofía se cierra en banda con una propuesta de la reina Letizia
Sin embargo, Letizia considera que estas medidas no son suficientes. Hace unas semanas, propuso la conveniencia de ingresar a Irene en un centro especializado, donde podría recibir una atención más completa y disfrutar de todas las comodidades necesarias para su bienestar. Esta propuesta, sin embargo, encontró una férrea oposición por parte de la reina Sofía.
La emérita, que ya mantiene una relación tensa con Letizia, interpretó la propuesta como un intento de la consorte de alejar a Irene y, por ende, desmembrar aún más a la familia. Sofía se negó rotundamente a sacar a Irene de la Zarzuela, reafirmando su compromiso de permanecer a su lado hasta el último día.