La reina Sofía no ha querido esconder la cabeza como las avestruces. En medio de la última polémica que ha rodeado a Juan Carlos I, Casa Real ha protegido a la emérita con una clara estrategia. Este mes de septiembre, el emérito ha pasado la mayor parte del tiempo en Zarzuela, algo que no gusta demasiado a Letizia, pero Felipe VI quiere aparentar una cierta normalidad para acercarle más a su país debido a su vejez. Siempre ha mantenido un perfil bajo, pero en estas últimas semanas se han hecho públicas algunas informaciones que perjudican gravemente a la corona aunque el padre de Cristina y Elena ya no pertenezca a la institución. Se ha filtrado que ha creado una fundación en Abu Dabi para facilitar la herencia a las infantas Elena y Cristina, y que de esta forma su millonario patrimonio no acabe en las manos de la Hacienda Pública. Por otro lado, se ha hablado fuertemente de su libro de memorias, algo que Casa Real habría frenado. Pero lo que no ha podido detener ha sido la filtración de las fotografías de Juan Carlos besándose apasionadamente con Bárbara Rey en el balcón de su casa.
Estas imágenes han perjudicado gravemente a la corona, pero también a la imagen de la reina Sofía. Todo el mundo conoce de sobras las relaciones extramatrimoniales de Juan Carlos I. El ex coronel Amadeo Martínez Inglés le define como un “depredador sexual”. Habría estado con un total de 5.000 mujeres. Casa Real nunca ha confirmado las infidelidades del padre de Felipe VI a la reina Sofía, pero tampoco las ha desmentido, ha preferido no pronunciarse. Tampoco se ha hecho público el rumor que siempre ha sonado con fuerza, el supuesto divorcio de los eméritos. Se dice que habrían cesado la convivencia.
El peor error de Juan Carlos I fue enamorarse
La reina Sofía descubrió las infidelidades de Juan Carlos con Bárbara Rey. El primer error del emérito fue enamorarse de algunas de esas mujeres. La emérita ya no se fiaba de su marido, ni tampoco de ellas. Tenía una lista negra. En una ocasión estuvo a punto de divorciarse y renunciar a la corona, hubiese sido un gran escándalo. Finalmente Felipe VI tuvo que intervenir entre sus padres, como siempre.
Estas imágenes han hecho mucho daño a la reina Sofía. Sin embargo, ha pasado mucho tiempo y lejos de quedarse encerrada en casa ha decidido dar la cara. Apareció ese mismo fin de semana en la boda de Teodora de Grecia, su sobrina, y esta semana, como una estrategia de Casa Real, su hijo ha querido programarle hasta tres actos institucionales. De esta forma evita que se comente constantemente cualquier punto sobre esas polémicas imágenes. La emérita no está para muchos recorridos, pero ha sido ella misma la que le ha pedido a su hijo que no la esconda como una cobarde.