Jaime del Burgo y Jaime Peñafiel están tirando de la manta y poniendo la monarquía española patas arriba. El ex cuñado de Felipe VI y ex marido de Telma Ortiz, ha soltado la bomba de que tuvo varios affaires intermitentes en el tiempo con la reina Letizia antes y después de casarse con el rey. Lo hizo en unos mensajes que publicó a principios de diciembre que retiró poco después, pero que volvió a publicar  antes de cerrar el año. Además, en los nuevos mensajes dio más detalles, asegurando que tiene pruebas sobre aquella presunta relación. Un relato que piensa publicar en un libro próximamente, tal y como ha revelado en las redes sociales.

Pero eso no es nada comparado con lo que la reina Sofía ha estado tratando de mantener bajo siete llaves. Al parecer, hay un caso relacionado con Letizia y las drogas que la familia real que siempre ha querido silenciar. O por lo menos, que se hablara lo más mínimo de ello.

La reina Letizia tuvo una juventud muy ‘movida’

La reina Letizia ya tenía fama de haber tenido una juventud movidita. Jaime Peñafiel y Pilar Eyre cuentan por ahí que hacía autostop en los campings de la Costa Brava, donde tenía una vida sexual “muy activa”. Y eso no es todo. En el libro "Adiós, princesa" de David Rocasolano, primo de Letizia, consta que la actual reina tuvo un aborto antes de conocer a Felipe, las pruebas del cual le pidieron a David que eliminara por miedo a que ello implicara problemas a la hora de casarse.

Adiós princesa

Un aborto que no habría sido el único. Isidre Cunill, un periodista catalán, soltó en su libro "Letizia Ortiz: una republicana en la corte de Juan Carlos I" que Letizia, en sus años mozos, tuvo otro cuando estuvo viviendo en México. De hecho, estos dos abortos son los que, según Peñafiel, habrían derivado en problemas a Letizia para quedarse embarazada de Felipe. De ahí que, según el cronista, pidió a Erika, su hermana, que le cediera sus óvulos para tener a Leonor y Sofía.

Letizia, detenida por posesión de hachís

Una época en México en la que, además, fue detenida por posesión de drogas. Concretamente, por llevar hachís encima. Algo que en la casa real, donde investigaron hasta los cajones de la ropa interior de Letizia, ya sabían, pero intentaron tapar para que este episodio pasara desapercibido.

Un delito contra la salud pública que, según el Ministerio de Sanidad, podría haberle acarreado a Letizia una condena de entre 1 y 3 años de prisión, y una multa de 601 a 30.000 euros.