El matrimonio entre Juan Carlos y Sofía nunca estuvo basado en el amor ni en el afecto mutuo. Desde el inicio, su unión respondió a intereses dinásticos más que a sentimientos personales. Juan Carlos, antes de casarse, mantenía una relación con Olghina de Robilant, periodista y escritora, pero su padre, Juan de Borbón, frustró la relación, pues tenía la intención de que su hijo se uniera en matrimonio con una princesa de sangre real para fortalecer los lazos entre dos casas monárquicas. Entre las candidatas se encontraban Sofía y su hermana Irene.

Sofía, por su parte, tampoco llegó al altar por amor. En su juventud, estuvo enamorada de Harald de Noruega, pero este la utilizó como un pretexto para ocultar su verdadero interés por la mujer con la que finalmente se casó. La reina, tras este desengaño, tuvo que enfrentarse a una realidad aún más amarga con Juan Carlos, quien nunca la valoró ni correspondió sus esfuerzos por agradarle. A lo largo de los años, ella soportó humillaciones públicas y el continuo desprecio de su esposo, quien además mantuvo un comportamiento notoriamente infiel. Se ha llegado a afirmar que el rey tuvo más de 5.000 relaciones extramatrimoniales.

reina Sofía
reina Sofía

Más allá de sus múltiples infidelidades, Juan Carlos ejerció un dominio absoluto sobre Sofía, negándole cualquier tipo de autoridad dentro del matrimonio. Aunque ella ostentaba el título de reina consorte, su papel estaba subordinado a las decisiones de su esposo, quien no permitía que tuviera protagonismo. Cada vez que Sofía transgredía los límites que Juan Carlos consideraba adecuados para ella, recibía represalias. Se cuenta que, en una ocasión, la golpeó con su bastón para corregir lo que él interpretó como una falta de obediencia. A pesar de estas situaciones, la reina nunca se quejó públicamente ni manifestó su descontento.

Según la periodista Pilar Eyre, Juan Carlos nunca ocultó su desprecio hacia Sofía, y no dudaba en ridiculizarla, incluso en presencia de terceros. En varias ocasiones la desautorizó con comentarios hirientes, como cuando la llamaba "tonta" o le decía que no entendía nada. Su actitud despectiva se hizo evidente en incidentes como el ocurrido en la Catedral de Santiago, donde la ignoró deliberadamente. También se ha relatado que, en una reunión social, cuando la conversación giró en torno a mujeres, el monarca solía hacer comentarios que dejaban en ridículo a su esposa. En una ocasión, la humillación fue tal que la reina quedó completamente sola en una fiesta, sin que nadie se acercara a conversar con ella.

Juan Carlos engañaba a la reina Sofía y la maltrataba físicamente 

Uno de los episodios más comentados ocurrió cuando el papa Benedicto XVI visitó España. En medio del protocolo, Juan Carlos, molesto por la posición de Sofía, la golpeó con su bastón para corregirla. En otro momento, durante una visita a la Catedral de Santiago, la reina intentó ayudarlo tras un tropiezo, pero él reaccionó con ira y desprecio. Un experto en lectura de labios analizó imágenes de la escena y reveló que el monarca le dijo: "¡Déjame en paz, coño, quién te ha dicho que me ayudes!", palabras consideradas demasiado vulgares para ser transmitidas en televisión.

A lo largo de su matrimonio, la reina Sofía sufrió en silencio el desamor, las humillaciones y las traiciones de Juan Carlos. Sin embargo, nunca manifestó abiertamente su dolor ni tomó medidas que pudieran afectar la imagen de la monarquía.

Juan Carlos I y la reina Sofía
Juan Carlos I y la reina Sofía